La localidad de Peñíscola celebró ayer el octavo día del novenario a su Mare de Déu de l'Ermitana y hoy celebrará con inmensa alegría el día de su patrona. Ayer, tras la misa, tuvo lugar la tradicional procesión por las calles del casco antiguo, en la que el pueblo de Peñíscola, junto a dansants, llauradores, cavallets, pelegrines y moros i cristians acompañaron a la Mare de Déu de l'Ermitana.

Por la tarde, la plaza de Armas, acogió la primera actuación del Grup de Danses, con la intervención de todas las figuras. A pesar de la lluvia, que hizo acto de presencia a primeras horas de la jornada, el primer día de danzas pudo desarrollarse según lo previsto.

Las danzas de Peñíscola son el eje centralizador y característico de las fiestas en honor a la Ermitana. Su origen se pierde en la memoria de los tiempos y aunque algunos historiadores llegan a situarlas en la época ibera, los primeros testimonios escritos que se conservan son de 1677, en un documento en el que ya se hace notar que sus exhibiciones eran habituales mucho antes. Es en esta fecha, probablemente, cuando las danzas peñiscolanas adquirieron su estructura actual debido a la incorporación de estos elementos en las fiestas religiosas que se celebraban en todas las poblaciones.

Las danzas peñiscolanas está ligadas a otras, también de origen ancestral, que se conservan en el norte de la provincia de Castellón, aunque en el caso de Peñíscola, éstas tienen un carácter quizá más mediterráneo por el brío que imponen los danzantes en su interpretación, imprimiéndoles de este modo un sello característico que se ha mantenido a lo largo de los siglos. «Les danses» tienen una primera parte en la que se limitan a acompañar, bailando durante en todo el trayecto, a la procesión de la Virgen. Pero es en la plaza de Armas donde los danzantes muestran su buen hacer ofreciendo su homenaje y agasajo a la Ermitana a través de las danzas propiamente dichas. Por otra parte, Carme Castell recibió en la noche del lunes el testigo de Alba Castell, reina de 2014. Los vecinos se reunieron en el Palau de Congressos para arropar a las nuevas representantes de la ciudad. Fue la meteorología la responsable de alterar el programa y cambiar el parque de artillería por el Palau como escenario de este acto.