l entrenador, Marcelino, ya había anticipado, que no le dolerían prendas llegado el momento de utilizar el banquillo, o lo que es lo mismo: su once estaría formado por catorce futbolistas en la mayor parte de los encuentros. Es una necesidad para un equipo que ha de jugar tres competiciones a la vez, pero creo entender que en sus declaraciones subyacía una suerte de complacencia que tenía mucho que ver con la satisfacción que sentía por el talento de los futbolistas que el clube había puesto a su disposición. Así que lo anunciado no se hizo esperar y en la mañana de ayer en Granada fueron efectivamente catorce los futbolistas que utilizó su segundo: los cambios afectaron así a los carriles del ocho y del diez y a uno de los dos puntas.

La primera parte resultó ser la menos atractiva, pero acabó siendo la que aprovechó el submarino para poner las bases de una nueva victoria al aprovechar dos errores concedidos por el Granada, que ya en la segunda parte aprovechó que el central con menos experiencia falló en un despeje que dio con sus huesos en el suelo y el balón en franquía para que un granadino embocara. Con el uno a dos el Granada reaccionó para que los espectadores contempláramos los mejores momentos del partido y en una contra ya en las postrimerías el Villarreal marcó el tercero, poniendo fin al resultado y al partido mismo. El Villarreal marcó tres goles en un partido en el que puso de manifiesto todo lo que le falta todavía a este equipo para afinar los instrumentos, de modo que los conciertos se atisban, pero todavía tardarán un poco den llegar. De los siete partidos que tenía que afrontar en veintidós días ha cumplido el primero con victoria, después de disputar otros noventa minutos que ayudarán a que el equipo juegue de memoria. El equipo ha marcado ocho goles, ha encajado cuatro y dispone de siete puntos. No es mal comienzo. Es verdad que quien ríe el último ríe mejor, pero no es menos cierto que el que lo hace primero ríe dos veces. No sé cuántas serán las que le toque reír al Villarreal, pero se me antoja que van a ser muchas. Esta muchachada, promete.

A este equipo le faltan todavía un par de cosas, una es la incorporación de Musacchio y Asenjo, sin contar con Bruno, ausente en los dos últimos partidos, pero que ya estará a disposición del entrenador en el próximo y dos, el necesario rodaje de los sustitutos de los cuatro puestos más avanzados, todo y que el equipo lleve ocho goles marcados en tres partidos. Eso y de propina que las lesiones le dejen en paz esta temporada. Tardaremos en olvidarnos de Cheryshev, pero los que han llegado pueden hacer más llevadera la ausencia del hispano/ruso, uno de los futbolistas más queridos y más rápidamente de cuantos llegaron a El Madrigal en los últimos tiempos. Ya puestos, y por pedir, pidamos que los señores que pitan se equivoquen contra nosotros lo menos posible y viene a cuento porque en el partido ante el Betis dieron legalidad a un gol sevillano que no la tenía, con lo que am fecha de hoy dispondría el Villarreal en el rebost de nueve puntos sobre nueve posibles.

Hay sin embargo otra necesidad, pero esta corresponde ejercerla a los aficionados de El Madrigal y que no es otra que la implicación en los partidos. Es claro que los espectadores pagan su entrada y tienen derecho a manifestarse tal cual les apetezca, pero les cuesta. Cuentan, que entre los árbitros circula la especie de que pitar en Vila-real está tirao, tal es la escasa potencia de las protestas, que las hay, pero tibias, con lo que la carencia de respeto de los refreshacia el público, no se corresponde con el del público para con ellos. Como hemos dicho, acabamos de entrar en la temporada y llegan tres semanas con un partido cada tres días y en su mayor parte son de alto compromiso. El equipo ha de mostrarse competitivo, sobre todo en principio, para no tener que enfrentarse más tarde con una situación difícil que exija esfuerzos más considerables. La liga, la Copa del Rey y la Liga Europa son tres competiciones habituales para los grandes. Para los que lo son menos -grandes, digo - del erfuerzo es mayor, pero si somos más, saldremos a menos.