Un solar abandonado reconvertido en un vergel donde los vecinos cultivan y recolectan hortalizas. Es la iniciativa que se ha puesto en marcha en la franja de terreno comprendida entre la avenida Fernando El Católico y la ronda Este. La imagen bucólica del huerto urbano contrasta con la de los solares aledaños, que suponen una mancha de suciedad.

Tras meses de espera, por fin se ha puesto en marcha el huerto urbano de Fernando el Católico, que consta de 70 parcelas de 40 metros cuadrados cada una . Verduras y hortalizas cultivadas con mimo crecen en la zona y abastecen las despensas de vecinos de los distritos Este y Centro de la ciudad.

Sin embargo, una amplia franja de terrenos sin urbanizar permanecen en desuso. La maleza y la basura se acumulan en estos solares, que son vestigio del estallido de la burbuja inmobiliaria.

Los vecinos de la zona llevan tiempo reclamando al ayuntamiento una ordenanza que regule estos solares. Subrayan que son un foco de suciedad y de proliferación de ratas e insectos, como los mosquitos. Esta última plaga ha sido especialmente virulenta en el barrio este verano. Además, se da la circunstancia agravante de que los solares abandonados rodean un centro de salud, una guardería, un instituto y se sitúan junto a la ruta del colesterol. Por ello, abogan por darles una salida provisional hasta que se edifiquen.