La Comunitat Valenciana y Aragón parecen decididas a aumentar la presión sobre el Gobierno de Mariano Rajoy a la hora de reclamar las inversiones que nunca llegan para mejorar el enlace de Aragón al mar por Morella a través de la N-232. La vieja aspiración de, no ya mejorar el vial, sino de convertirlo por completo en la autovía A-68 es ya un reto prioritario para los dos gobiernos autonómicos, como ha quedado patente en la reunión mantenida el lunes entre la consellera de Vivienda, Obras Públicas, y Vertebración del Territorio, la castellonense María José Salvador, y el consejero del ramo del Gobierno de Aragón, José Luis Soro.
Al respecto, ha detallado que la N-232 es la «salida natural» al Mediterráneo por la Comunitat Valenciana y es «importante» para los municipios y comarcas del norte de Castelló. En este sentido, ha criticado que, mientras que en algunos municipios ya se ha efectuado y desdoblado la A-68 a su paso por Teruel, la provincia de Castelló sigue «marginada» porque «se continua con una carretera inadecuada y poco competitiva», por lo que ha reivindicado tres carriles al Puerto de Querol.
Salvador insiste en que durante el ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero el proyecto estaba realizado y presupuestado en 50 millones de euros pero que, sin embargo, con el gobierno de Mariano Rajoy se ha «abandonado» y «puesto en el cajón». Este ejecutivo «gobierna de espaldas a la Comunitat», ha advertido.
Por ello, ha recalcado que el Consell va «de la mano» del Gobierno de Aragón en esta exigencia porque «más que unidos, estamos separados por la falta de inversión del Ministerio de Fomento», ha reprobado la titular de vertebración del territorio en la Comunitat.
Una «aventura»
Por su parte, Soro ha coincidido con su homóloga en la necesidad de esta infraestructura porque es casi «una aventura cruzar de la provincia de Teruel a la de Castellón por la N-232», ha ironizado. Así, ha exigido un compromiso «real» del Gobierno central para el desdoblamiento y la ejecución de una autovía y «se avance de una forma decidida».
Lo cierto es que los proyectos relacionados con la carretera han avanzado a cuentagotas. La última actuación se conoció el pasado mayo, poco antes de las elecciones municipales y autonómicas, cuando el Ministerio de Fomento anunció una inversión de 54, 2 millones de euros para acondicionar el tramo «maldito» entre Ráfales (Teruel) y Morella de la N-232, que seguirá siendo de una sola calzada con dos carriles.
Este tramo quedó paralizado nada menos que en el año 1994 al entrar en suspensión de pagos la adjudicataria. En 2007, 13 años después, se encargo la obra a la valenciana Rover-Alcisa por 47 millones de euros, pero la empresa, dos años después, planteó un modificado al alza del contrato que no fue aceptado, lo que motivó otra vez su suspensión, quedando todo este tiempo en «nevera».
