La Concejalía de Bienestar Social de Benicarló ha redefinido el proyecto de comedor social tal y como se estaba llevando a cabo en los últimos cuatro años y lo ha readaptado a las necesidades de las personas que se beneficiaban del servicio. De esta forma y desde el día 1 de septiembre, los usuarios del comedor social se han reducido de 120 a 25 en favor de ayudas para cocinar en casa dirigidas a aquellas familias con menores a su cargo que dependían de este servicio social.

Así, y según explicaron ayer fuentes municipales, por un lado, las personas que no pueden cocinar en casa (por dificultad material y económica o por problemas personales que les impiden tener una regularidad en la preparación de alimentos adecuados) «podrán acudir diariamente al comedor social, que continuará ofreciendo el servicio a través de un equipo de voluntarios, igual que se hacía hasta ahora». De hecho, el hecho de acudir diariamente al comedor «continuará siendo una buena alternativa para estas personas por el hecho de que representa no sólo un espacio de alimentación sino también de sociabilización y de contacto con profesionales que trabajan en el ámbito social».

Por otra parte, las familias con menores a cargo, «el perfil mayoritario de usuarios del comedor social, podrán cocinar en casa con las ayudas necesarias para sufragar la compra de alimentos». La concejala de Bienestar Social, Marta Escudero, explicó que gracias a esta redistribución de recursos se ofrece «una alternativa más digna para las familias con menores a cargo».

Escudero remarcó que la decisión de desvincular las familias con menores a cargo del comedor cuenta con el aval de los técnicos de Servicios Sociales, que hace un año que trabajan en esta posibilidad, y aseguró que «de este modo, cada familia puede cocinar lo que quiere de la manera que quiere, en función de los gustos y costumbres de cada casa y, lo que es más importante, normalizamos unos hábitos familiares y avanzamos hacia una solución más normalizada socialmente para estas familias».

La redefinición del proyecto, además, se ha complementado con un trabajo conjunto con los centros educativos para reconducir a los menores a los comedores escolares, aprovechando que este año el servicio se ha ampliado en los meses de junio y septiembre. El resultado de este cambio es, de momento, «muy satisfactorio», en palabras de la concejala. «Las familias están muy contentas con el cambio. De hecho, nadie ha pedido volver al servicio de comedor social».

Sobre las numerosas donaciones que el Comedor Social recibe periódicamente, Agut explicó que «no se perderá nada de lo que nos dan. Estamos trabajando en un nuevo proyecto para utilizar estas donaciones, un proyecto de producto fresco que nos permitirá dar salida a toda la comida».