Chorizo a la plancha, «cacaus» y sangría evocan al mítico Portón de la calle Navarra, un referente del ocio y el tapeo de Castelló que Manolo Viudez regentó de 1971 a 2011. Lluís Brun, restaurador del Mel de Romer, retoma el Portón con una oferta que conjuga las esencias de la añeja taberna con una remodelación adaptada a los nuevos tiempos.
Conserva los motivos taurinos que caracterizaban al viejo Portón, además del popular chorizo a la plancha y la sangría. Entre otras novedades, estrena una barra de mármol que evoca tiempos pasados, e incorpora tapas más elaboradas, conservas «gourmet» y productos de la «terreta« como aceite de Bardomus, olivas de Borriol, queso de Benassal, vermut artesanal de Almassora y vino de Castelló.
Lluís Brun inauguró el nuevo local en la noche del jueves en una velada que contó con la asistencia de varios centenares de invitados. Brun acumula 40 años de experiencia en el sector hostelero, una pasión que le inculcaron sus padres, Paco e Irene, con quienes comenzó a trabajar en Casa Paco. Ahora se hace con las riendas de El Portón tras consolidar Mel de Romer, que se ubica a escasos metros del primero. Él mismo fue cliente del antiguo Portón, uno de los principales puntos de encuentro de la ciudad en los años 70 y 80 del siglo pasado. En la memoria de su clientela tradicional persiste la elaboración del chorizo a la plancha encima de la propia barra.
El Portón presenta una imagen renovada pero ha respetado algunos elementos procedentes del anterior local. La entrada recuerda que la primigenia taberna abrió por primera vez en 1971. Dentro, el pergamino en honor al vino del antiguo bar da la bienvenida a los parroquianos. El hacha con la que se cortaba el chorizo o el jamón y unos azulejos con ingeniosas inscripciones decoran la barra. Justo antes del espacio interior, la taberna de Manolo Viudez recibe un particular homenaje al pervivir parte de la pared en la que los clientes se dedicaban a escribir su firma o dedicatorias. También resiste la recreación de un portón de una plaza de toros. El nombre del lugar, de hecho, proviene de la entrada de un coso taurino.
El fondo del bar está copado por una decoración taurina que evoca al Portón de toda la vida. Conserva, además, las luces originales utilizadas en la sala. Lluís Brun quiere recuperar, además, la celebración de tablaos flamencos. En la inauguración del jueves se estrenó con un primer espectáculo. Brun subraya que coincide con Manolo en su pasión por los toros.
«Queremos recuperar ese sitio donde la gente venía a tomar vino y una tapa, con quesos, jamones y latas de calidad», subraya Lluís Brun, quien destaca también sus ensaladas y el «famoso chorizo a la plancha». La taberna de El Portón reverdece la calle Navarra de nuevo como punto hostelero del casco antiguo de Castelló. Navarra está llamada a recuperar el ambiente de tiempos pasados. El éxito de la presentación del jueves adivina un buen futuro para la oferta gastronómica del nuevo Portón.
