El gobierno de Rajoy acaba de utilizar una «estrategia» presupuestaria: formular con suficiente anticipación los presupuestos que otro gobierno que tiene que salir de las urnas tiene que ejecutar, con lo que ata de pies y manos a los nuevos gobernantes que, en su caso, perderán un año para cambiar las cosas, o tendrán que estar haciendo modificaciones presupuestarias constantemente.

Lo lógico hubiese sido esperar a que el nuevo gobierno formulase los presupuestos generales, incluso aunque no hubiese tenido tiempo para ello, porque con prorrogar los actuales se hubiese conseguido ese tiempo adicional necesario para la recopilación de datos, los estudios pertinentes y la formulación de los mismos de acuerdo con sus líneas políticas. Pero no, como tenía la posibilidad legal, ha querido o «fastidiar» a los que salgan de las urnas, atándoles las manos durante un ejercicio, o «asegurar» que su política económica (la de Rajoy) perdura algún tiempo más, aunque no gane las elecciones. Si es Rajoy quien las gana todo está bien. Ha dado un mensaje con suficiente nitidez y anticipación de cuál va a ser la política económica, pero si no gana las elecciones, ya veis, lo repito, continuará gobernando por un año más, al menos en cuanto a la política presupuestaria se refiere, con lo que habrá manifestado, más allá de toda duda, la convicción de que su política económica es la acertada, es «la verdad», que es una manifestación del pecado de presunción.

Las políticas económicas que en la práctica se están llevando a cabo en la UE son, si más no, un remedo de las americanas. La diferencia es que allí se dice a las claras. Aquí los gobernantes, con una actuación paternalista nos engañan y nos asustan diciendo que no hay que gastar más que lo que se tiene (y tienen razón) pero por otra parte, a escondidas, el BCE compra toda la deuda estatal posible monetizándola, que es lo que ha hecho USA, para evitar la quiebra del estado y para estímulo de la economía.

Incumplimiento presupuestario

de Rajoy

Otra estrategia, absolutamente deleznable, es la de no llevar a cabo en su totalidad la ejecución el presupuesto, o hacerlo tarde, es decir, no licitar diligentemente o no llevar a cabo el gasto que debe servir para la activación económica y del mercado laboral. El gobernante queda bien poniendo partidas en los presupuestos que, luego, nunca se ejecutan. En una palabra, miente.

Pero no es sólo el gobierno del Estado el que practica estrategias presupuestarias, también las corporaciones locales, provinciales y autonómicas lo hacen. Lo que hacen unos también lo hacen los otros, por eso, aunque hablemos de unos nos referimos a todos.

En efecto, algunos municipios acostumbran a presupuestar partidas, que se repiten para el mismo objeto durante años, pero nunca se ejecutan. O partidas cuyos importes nunca se alcanzan. Son promesas que no se cumplen y que van a servir para que haya superávit que después, aprobado el remanente y si no hay deuda, el gobierno municipal gasta, gota a gota, mediante modificaciones presupuestarias a su antojo, sin políticas de inversión o de gasto, a medio o largo plazo, que se puedan debatir.

Superávits ficticios que mediante el buen trato que el ente da a los medios de comunicación sirven para cualificar de buenos gestores a los políticos que hacen estas trampas.

Consentimiento culpable

de los órganos supervisores

Estas no son buenas prácticas. Son corruptelas que los organismos supervisores consienten, no atajan, aunque estén conscientes de ellas. Me atrevería a decir que son prácticas, incluso, corruptas, porque sin transparencia, ni debate ni veracidad, no se puede decir que se esté gobernando democrática y correctamente.

Los incrementos de plantilla

o contrataciones temporales

Otra estrategia inadecuada ha sido incrementar la plantilla de personal (aunque hayan normas que tratan de impedirlo, pero siempre se encuentra algún recoveco, "apoyo" "de temporada" para poder hacerlo y repetirlo para casi ser personal indefinido.

Aunque yo opino que no es el empleo público (ruego me disculpe la parte más extrema de la izquierda política) el que va a resolver el problema del paro. Pero rodearse de gente a quien mandar es para algunos una necesidad, una manifestación de, y un medio para ejercitar su poder, sin olvidar el voto cautivo que se consigue.

Al contrario, el gasto, todo el gasto y con él también el de las plantillas de personal, debe ser sostenible y eficiente; con la menor carga impositiva para el ciudadanos.

Consecuencias de estas

estrategias

A la vista de todas estas prácticas, además de poderse equivocar en gastar y hacerlo inadecuadamente, se está engañando al ciudadano, pues los analistas que estudian, comparan, y hacen previsiones de los efectos del presupuesto, pero que no conocen la verdadera intención de los que van a ejecutar los presupuestos, pierden completamente su tiempo, pues los estudios que han formulado, en base a datos irreales, dan resultados y efectos que se caen como castillos en el aire.

Y todavía peor

Todavía hay otros tipos de estrategias: la negligencia de los gobernantes que hace perder partidas de la UE por no haber solicitado a tiempo o documentado la petición de uso del importe correspondiente; o la intencionada persecución al administrado cuando éste tiene que justificar documentalmente el cumplimiento de las condiciones que le hacen acreedor del importe presupuestado para la subvención o ayuda que ha solicitado, con lo que el importe, puede, en su caso, destinarse a otros menesteres o partidas.

Es cierto que ha habido abusos y actos delictivos en la distribución de fondos europeos que se justificaban incorrecta o falsamente, pero para sacar conclusiones sería interesante conocer las estadísticas de ayudas solicitadas y finalmente pagadas.