El partido quedó muy en segundo plano tras el paso de Ramón María Calderé por la sala de prensa. La tarde en la que sentó en el banquillo a Rubén Suárez, el entrenador del Castellón lanzó mensajes inusuales y desconocidos. Desveló la salida del club de uno de los pesos pesados y capitanes, el central Javi Selvas, «por decisión técnica» suya, y la inminente llegada de refuerzos, tras la insistencia del técnico hacia el director deportivo Ramón Moya. Llegará un delantero que palie las bajas de Fonte y Saizar (ayer Carrillo, Clausí y Pruden desfilaron sin éxito en punta) y «otro más», previsiblemente para compensar la salida de Selvas. De postre, Calderé tuvo un gesto llamativo con Meseguer, diana de las críticas de parte de la afición durante el encuentro. «Digan lo que digan, contento por él. Tenía molestias, se ha infiltrado y ha aguantado todo el partido. La gente puede decir lo que quiera pero me parece injusto con un jugador de casa, de la cantera. Si ha fallado tres pases es normal. Le agradezco públicamente que me haya pedido ayudar no a mí, sino al equipo», afirmó.

Por primera vez desde que llegó a Castalia, la presión sobre Calderé fue palpable en el ambiente. El entorno del presidente David Cruz vendía en la previa el encuentro a modo de ultimátum. El empate deja el veredicto de momento en suspense. Como fuere, al salir del estadio, algunos aficionados increparon al entrenador, igual que en la zona de Tribuna Baja. Fue una minoría, en comparación con las críticas al campo o a los futbolistas, pero resultó una novedad en el reparto de posibilidades.

Quizá por ello, Calderé haya decidido morir con lo suyo. Ha insistido en la necesidad de reforzar la delantera. Se ha impuesto con la baja de Javi Selvas. Alabó de paso al joven central Álvaro Gómez. Ayer recordó que el año pasado llegó a club en una situación peor que la actual, «y fuimos campeones». «Llegué noviembre, el equipo era el 13 o el 14 y fue campeón. Sigo vivo, con energía. En fútbol pasas de héroe a villano en dos días, lo asumo, pero seguiré luchando. Es la manera que me han enseñado. Trabajar hasta que el club lo crea necesario. Estamos en septiembre», apuntó, «y ahora sí podremos entrenar de una manera normal. Es verdad que la Copa nos ha hecho más daño de lo que pensaba».

Sobre el partido, Calderé lamentó la falta de «finalización» y destacó que «la actitud ha sido distinta a la del miércoles», cuando el equipo cayó goleado en Borriol. «Es una lástima porque ganar nos hubiera dado oxígeno».

Rubén, a «demostrar»

También habló Rubén Suárez, suplente según Calderé «por descanso». «La situación es incómoda», dijo, «y somos los primeros afectados. Quieras o no te genera ansiedad y se nota. Es momento de demostrar quiénes somos, por nosotros mismos y por el sufrimiento de la afición. Somos los primeros culpables. Hoy (por ayer) era cuestión de hacer un gol, pero cuando la cosa va mal se junta todo. Esto del fútbol es así. Toca levantarse, exigirnos cada uno mucho más, yo el primero, y no dudéis de que lo vamos a hacer. Trabajar día a día para estar mejor y en el campo tener confianza».