La reapertura del vertedero de Tales es la fórmula escogida para dar salida a las basuras de 44 municipios de la zona centro de Castelló. Sin embargo, se trata de una solución con fecha de caducidad, ya que la instalación sólo tiene capacidad para acoger durante tres años el total de residuos que genera la planta de tratamiento de Reciplasa en Onda. De ahí la necesidad de buscar alternativas, como la construcción de una planta para transformar los desechos en combustible o la ampliación del vertedero de Onda.
La sociedad gestora de los residuos, Reciplasa, pretende poner fin al trasiego actual de basura. La planta de Onda deriva 70.000 toneladas anuales de rechazo (la parte de los residuos que no se puede reciclar) al vertedero de Algímia d'Alfara (en el norte de Valencia), ya que no hay una instalación de este tipo para la zona centro de Castelló. Sin embargo, el envío de desechos a Valencia supone un sobrecoste cercano a los dos millones de euros que Reciplasa no puede soportar más tiempo sin repercutirlo en los ayuntamientos y éstos, a su vez, en los ciudadanos. Por ello, a partir de enero se va reabrir el vertedero de Tales, donde irán a parar las basuras.
Esta solución no está exenta de problemas. Por una parte, como informó ayer este diario, el traslado de residuos a Tales supondrá el paso de camiones por el centro de Onda, al que se opone el ayuntamiento de esta localidad. Además, el vertedero de Tales tiene una capacidad limitada y sólo podría acoger durante tres años los residuos del área de Reciplasa.
De hecho, la recuperación de Tales se concibió para ejercer una función complementaria. Estaba previsto que la mayor parte de las 70.000 toneladas de residuos de Reciplasa se transformaran en combustible para la industria cementera y derivar una mínima porción a Tales. No obstante, el proyecto de construcción de la planta de producción de combustible ha naufragado por falta de salidas comerciales, aunque se buscan vías para resucitar el proyecto.
Vertedero de Onda
Otra opción sería ampliar el vertedero de Onda, que está sellado, al que se opuso el anterior ayuntamiento de la localidad al considerar que el municipio ya ha soportado durante muchos años el peso de acoger toda la infraestructura de Reciplasa.
