El cardenal Antonio Cañizares se ha quedado solo en su campaña eclesiástica contra la independencia de Cataluña. Un día después de que el arzobispo de Valencia publicara su carta pastoral convocando el viernes a una vigilia en la catedral de Valencia «por España y su unidad» y haya ordenado a todas las parroquias y colegios diocesanos que recen un mes con intenciones específicas en la misa por la unidad del Estado español, las reacciones de otros sectores de la jerarquía católica española han sido muy distintas y han evidenciado la soledad de Cañizares en su rotundo posicionamiento político. Los obispos catalanes emitieron un comunicado en el que se posicionan de manera firme en la equidistancia. Y Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española y antecesor de Cañizares en la mitra de Valencia, manifestó ayer en una entrevista en la Cadena Cope que, sobre el conflicto político catalán, «todo prójimo es imagen de Dios y que a todo prójimo hay que respetar como tal imagen y no la podemos estropear». Además, no se espera ningún posicionamiento oficial de la Conferencia Episcopal Española antes de las elecciones del domingo.

La Conferencia Episcopal Tarraconense ha asegurado que «no corresponde a la Iglesia proponer una opción concreta», sino que defiende «la legitimidad moral de toda opción política basada en el respeto de la dignidad de las personas y los pueblos, y que busquen paz, solidaridad y justicia». En su carta, Cañizares sostenía que «para la secesión no se encuentra ninguna justificación moral». Además, en lo que parece un mensaje directo a las palabras del purpurado de Utiel (que instó a que los fieles no permanezcan en la «cofradía de los ausentes» en esta cuestión), el episcopado catalán subraya en su nuevo comunicado que «los obispos diocesanos tienen en sus respectivas diócesis la responsabilidad propia e inmediata de acompañar y orientar a sus fieles, y así lo están haciendo los obispos de Cataluña también en esta cuestión».

Osoro, preguntado por las peticiones a la Iglesia para que opine y se posicione en referencia a la situación actual de Cataluña, afirmó que «el hombre de Iglesia lo que hace es ver la realidad desde una perspectiva que ni es la sociológica, ni la política».