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«El Estado de las autonomías hace años que ya no sirve»

Desde su despacho en el Ayuntamiento de Barcelona, Joan Llinares, valenciano con una biografía partida entre las dos ciudades, mira sorprendido el revuelo que provoca en los diarios unas elecciones que, dice, deberían haber sido un referéndum.

¿Cómo vive este momento desde Barcelona?

Con absoluta normalidad. Cuando leo los diarios parece que se está produciendo algo de trascendencia exagerada y aquí se vive con la más absoluta normalidad. La gente votará y los política deberán resolver en función de los resultados. Los políticos que quieran ir contra lo que decide la gente democráticamente lo tienen mal, por muchas barbaridades con que nos asusten.

¿La vida de los catalanes cambiará el lunes?

Se levantarán como un lunes más. Confiando en que habrán hablado las urnas y, aunque lo normal hubiera sido un referéndum, tendremos que aceptarlo, porque ante cuestiones trascendentales ha de haber una forma de manifestarse.

El proceso soberanista tiene marcha atrás?

Si los ciudadanos dan la mayoría al soberanismo, dudo que tenga marcha atrás. El problema ya estará en Madrid y lo tendrá España. Hablo siempre de votos, porque si se habla de plebiscito solo se puede hablar de votos.

¿Tiene miedo a las posibles consecuencias?

No. Hay una expectativa de que habrá el mayor nivel de participación que se conoce. La gente necesita que este proceso tenga una plasmación democrática, en la que los políticos deberán estar a la altura de las circunstancias.

¿Y los políticos del presente son los mejores para un momento tan importante?

Los que están en Madrid, desde luego que no. Creo que este proceso se llevará por delante a Rajoy, porque ha sido un absoluto incompetente y un inútil a la hora de ver los problemas de Cataluña.

¿Alguna parte está manipulando más y ocultando más la realidad?

Todos saben qué se está votando, aunque cada uno hace sus exageraciones y deformaciones de la realidad. El proceso de independencia no es un camino de rosas y se han dicho cosas, como la subida de las pensiones, que son verdaderas exageraciones.

¿Tiene alguna tesis de cómo hemos llegado hasta aquí?

He vivido los años de la gestación de todo esto. Pasqual Maragall ya lo avanzó hace ocho años, cuando dijo que era el momento de revisar las relaciones con el resto de España e hizo la propuesta. cuidadosa, del Estatut, pero en Madrid comenzó a generarse una situación de despropósito, como la recogida de firmas contra los catalanes. Fue una fábrica de independentistas.

¿El dinero ya no es suficiente para calmar a los partidos?

Ya no es una cuestión económica, sino de reconocer que Cataluña es una nación con sus particularidades.

¿Significa que el Estado de las Autonomías ya no sirve?

Ya hace años. En 1986 entramos en la UE, que tenía unas medidas correctoras por las que España recibió fondos hasta 2000, hasta que la situación se reequilibró y pasó a aportar más de lo que recibía. Eso tan asumido no se pone en práctica en cambio en España y no se ha tocado nada. Se ha generado así un desequilibrio que nadie ha querido atender. Cuando Maragall lo intentó plantear todos se le tiraron con los colmillos a la yugular.

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