La Generalitat se gastó 2,2 millones en construir una plataforma en el parque Ribalta para el Tram que la justicia ha invalidado por afectar a un Bien de Interés Cultural. El Consell tiró adelante las obras con la oposición de los partidos de izquierdas, Amics de Ribalta y cinco informes contrarios de organismos consultivos del Consell. Dio por válida la autorización de un informe de la Conselleria de Cultura e hizo caso omiso de la amenaza de los recursos judiciales presentados por el PSPV y Amics de Ribalta. Así, en 2012 el TSJ anuló un trazado que ya había sido inaugurado dos años antes. En 2014, el Tribunal Supremo confirmó esta resolución. Los nuevos gobiernos de la Generalitat y el consistorio de Castelló han finiquitado esta propuesta y, además, plantean declararlo jardín histórico para blindarlo definitivamente del Tram.

j. m. castelló