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Jordi Marenyà, el hombre derbi

En tres partidos contra el Villarreal C ha marcado dos goles En sus 86 partidos restantes con el Castellón, otros dos

Jordi Marenyà, el hombre derbi

Era el 1 de abril de 2013, el Castellón perdía 0-1 y Jordi Marenyà nunca había tirado una falta directa con el primer equipo. El entonces capitán albinegro posó la pelota sobre el verde, cogió carrerilla y clavó el lanzamiento en la escuadra. El bellísimo gol, que fue elegido por los aficionados el mejor de aquel año, sirvió para iniciar la remontada. El Castellón ganó 3-1 al Villarreal C y jugó la promoción de ascenso. Allí, contra el filial del Córdoba, Marenyà tiró la segunda falta de su carrera. La paró el portero Sillero y bajó su elevado índice de eficacia. No es el único dato: Marenyà es el hombre derbi. Ha jugado tres y ha marcado dos goles. Exactamente los mismos que en sus 86 partidos restantes como albinegro.

«Para mí el del Villarreal es un partido especial siempre», afirma Marenyà. Natural de Vila-real, su padre jugó en el Villarreal y él comenzó ahí su trayectoria. «Salí como salí, porque no me querían en autonómica y contra ellos quieres demostrar. La verdad es que se me han dado bien habitualmente». No en vano, ya le marcó al Villarreal uno de los 12 goles que anotó como juvenil, un acierto que se ha repetido después. Los derbis, además, han supuesto puntos de inflexión en su carrera. «Más allá de los goles, me he sentido cómodo, muy motivado», asegura, en clave positiva.

Marenyà debutó en Segunda División en edad adolescente. Jugó 11 partidos, uno más que el año siguiente en Segunda B, marcado por las lesiones. A la 2011-12 llegó, pues, marcado por las dudas. Era un curso clave en su desarrollo y el primer entrenador, Javi Cabello, no confió en él. Cuando aparecieron los impagos y se marcharon los veteranos, a Marenyà lo eligieron capitán sus compañeros. Casi al final de curso, irrumpió en el derbi. «Marqué el 1-0 y luego fallé una ocasión muy clara. Ese partido fue importante porque empecé a jugar bien, a soltarme, a perder miedos. Gané mucha confianza». El partido acabó 1-1, empató Gerard Moreno.

La siguiente temporada fue la consagración de Marenyà en el Castellón. Encontró su lugar, partiendo desde el interior izquierdo, mezclando visión y trabajo. También liderazgo. De los 25 partidos de la 2011-12 pasó a los 40 de la 2012-13. Solo se perdió los obligados por sanción. El primero de los derbis de aquel curso fue importante no solo para Marenyà, también para el equipo. «Ese año nos costó arrancar. Hay un partido contra el Acero que Pedro (Fernández Cuesta) me hace reaccionar y voy creciendo. La semana antes de jugar contra el Villarreal C en Miralcamp, me cambia y yo hago un gesto de repulsa. Al día siguiente, por si acaso, le pedí perdón porque tenía muchas ganas de jugarlo», bromea. Allí el Castellón no gana, empata 1-1, pero Jordi firma una gran actuación y el equipo sale muy reforzado. «Nos dimos cuenta de que podíamos plantar cara a cualquier rival. Fuimos valientes y atrevidos. Les quitamos el balón y disfrutamos». El espaldarazo a aquel equipo se dio en el derbi de la segunda vuelta, la tarde del mentado gol de falta de Marenyà («el más bonito que he metido, me salió perfecta»). «Si el domingo hay una se la pediré a Lolo», avisa entre risas, «aquel partido era clave para nosotros. Era tirar hacia arriba a la promoción o quedarnos en tierra de nadie. Había que ganar sí o sí. Estábamos fuertes mentalmente y reaccionamos bien a su gol».

A por el cuarto

Después de dos campañas en el Olímpic de Xàtiva, al Marenyà reconvertido en organizador le aguarda su cuarto derbi. Como siempre, «entre bromas» con los amigos del pueblo. Como casi siempre, hay algo más que tres puntos en juego. «Espero que salgamos con mucha intensidad y que la afición nos ayude a contagiarnos mutuamente. Ojalá marcar un gol pronto porque nos está costando, pero lo primero es hacerles ver desde el principio cuánto necesitamos y queremos ganarles, y que no lo van a tener fácil». Marenyà regresó en Alzira tras una ausencia forzosa. «Tengo menos molestias en la rodilla, ahora necesito continuidad y ritmo. Queda mucho por mejorar», asegura.

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