La artrosis es como un tsunami que algunos pueden ver que se avecina y otros, sencillamente, ponen parches que servían en un tiempo que ya pasó. «La artrosis como paradigma de la cronicidad» fue el título del foro que esta semana se celebró en la sede de la Universidad de Europa organizado por la citada institución académica, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) y su Cátedra de Cronicidad.

Los ponentes que participaron en las tres mesas redondas y los asistentes resaltaron la dificultad de los médicos de la C. Valenciana para prescribir los fármacos que los pacientes necesitan y que ayudarían a frenar otros gastos enormes, como el de las bajas laborales y la comorbilidad (enfermedades asociadas) de los afectados, como las reumáticas, metabólicas, digestivas y cardiovasculares.

Todos los números de la artrosis son grandes, tanto su incidencia (es la segunda demanda en atención primaria de los mayores de 55 años y la tercera de los de menos edad), como el gasto (5.000 millones anuales). En España hay 7 millones de afectados, 700.000 de ellos en la C. Valenciana

Un estudio presentado por el doctor Sergio Giménez, coordinador del grupo de trabajo del aparato locomotor de Semergen, reveló que, por el alto grado de complicaciones que conlleva esta patología, «los enfermos con artrosis sufren más física y emocionalmente, y consumen más fármacos».

Los primeros datos de una investigación realizada en 61 centros de salud con 1.152 pacientes indicó que el 62 % era hipertenso (lo que conlleva riesgo cardiovascular y problemas en la prescripción de fármacos que pueden interaccionar) y otro 22 % presentaba un riesgo gastrointestinal elevado. Uno de cada cuatro tomaba anti inflamatorios, «una cifra alta, sobre todo porque un 62 % es hipertenso (los anti inflamatorios para la artrosis aumentan la presión arterial)», y un 51 %, paracetamol «que no sirve para nada», aseveró el ponente.

No hay datos para estudios

Esta realidad, muy poco conocida por la falta de estudios, que no pueden hacerse porque la Administración no facilita los datos (otra de las quejas), aunque los comités de ética sí lo autoricen, es el epicentro del tsunami que viene.

Todos los médicos criticaron la imposición del «algoritmo» de la artrosis por parte de la Conselleria de Sanidad -un patrón informático que ordena al médico lo que hay que recetar-, que en dos años (2013 y 2014) ha permitido ahorrar 3,5 millones a la conselleria, y que ha dificultado muchísimo la prescripción de los fármacos adecuados (condroprotectores) a los afectados.

Los especialistas aseguraron que para llegar a la «pantalla» de la medicación que quieren dar al enfermo (la 12 o la 13) muchas veces tienen que engañar al sistema informático y falsear los diagnósticos. Como resultado de esta carrera de obstáculos informática, un 40 % de las personas con artrosis no recibe la medicación que requiere, lo que genera más ingresos hospitalarios y más gasto.

Asimismo, los especialistas denunciaron que, además, la prescripción que es crónica tiene que renovarse cada 90 días porque el sistema informático no permite que dure un año, como en el resto de tratamientos crónicos. Los ponentes también criticaron la «inequidad» de fármacos, según la autonomía en la que se resida, lo que calificaron de «efecto perverso».