Las dificultades y los obstáculos no han sido pocos, pero finalmente, tal y como se deseaba desde la parroquia y como esperaban los vecinos de Nules, las campanas volverán a voltear el día de la fiesta Mayor después de mucho tiempo en silencio, en concreto 8 años, desde que el párroco, Esteban Badenes, decidió que dejaran de utilizarse al detectarse unos graves problemas estructurales en el campanario sobre los que se ha estado trabajando desde hace meses. De hecho, la gravedad de estos desperfectos, que fueron descubriéndose a medida que se desarrollaban los trabajos, provocaron un retraso evidente en la ejecución de las obras, que estaba previsto estuvieran listas para las pasadas fiestas de agosto, pero se requeriría un mes más para cumplir con el objetivo. Hasta hace pocos días todavía estaba el andamio que rodeaba y protegía el campanario, aunque en la semana previa a las celebraciones patronales de la Mare de Déu de la Soledat, la estructura metálica desapareció y las campanas volvieron a su lugar, también completamente restauradas, así como los yugos y el sistema eléctrico.

De este modo, los actos religiosos previstos para el día 11 de octubre, tanto el emotivo traslado de la patrona desde la capilla a la iglesia, como la misa solemne, la ofrenda floral y la procesión tendrán un significado especial en esta ocasión, porque estarán acompañados por un volteo y repicar de campanas renovado y muy esperado.