¿Qué balance hace de los primeros cien días?
Hacer balance no ha sido esencial para nosotros, como sí lo han hecho otros municipios, ya que hemos continuado con la misma línea de trabajo que iniciamos en la legislatura pasada. Por tanto, en nuestro caso el balance se arrastra de mucho antes. Pero sí que hay una circunstancia que ha cambiado el escenario que había antes de las elecciones, y es el gobierno de la Generalitat. Ahora tenemos la puerta abierta y una relación mucho más fluida que antes, incluso, me «whatsappeo» con Ximo Puig con frecuencia. En definitiva, estamos continuando con el proyecto de hacer que la ciudad avance y mire al futuro. En materia social, estamos por delante, incluso dos o tres años, de políticas que se están aplicando ahora en otros municipios, hemos multiplicado por cuatro las ayudas a las entidades sociales y queremos mejorar estas políticas y trabajar en otras para dar oportunidades y generar empleo y economía.
De las reclamaciones pendientes a la Generalitat como la deuda por la BUC, ¿se ha podido solucionar algo?
La Generalitat todavía tiene que aterrizar en un aeropuerto en el que los alrededores están completamente arrasados. Pero sí, el grueso de la deuda que nos debían de Servicios Sociales ya nos la han pagado, casi 850.000 euros que irán a los remanentes de cara al presupuesto de 2016. Las cosas han cambiado y se irán solucionando. También estamos tenido ya algunas conversaciones sobre la ronda suroeste. Antes solo pudimos hablar con varios consellers. Isabel Bonig marcó el objetivo de destruir al cuatripartito, aunque no lo consiguió, y Folgado ha demostrado que solo trabaja para su partido. El PP no nos ayudó más allá de lo reglado.
Anunció que los dos principales focos de inversión serían la ciudad deportiva municipal y hacer frente a las sentencias urbanísticas derivadas de la última etapa del PP. ¿Cómo se encuentra cada cosa?
La ciudad deportiva se ha retrasado bastante pero nosotros queremos hacer las cosas bien y no vamos a permitir hacer chapuzas por querer inaugurar a tiempo de cara a las elecciones y conseguir la foto. Tras unos problemas de inundaciones, tuvimos que conversar con el Villarreal C.F. para solucionar el sistema de las canalizaciones. El club ha invertido casi 400.000 euros en arreglar esto y que las aguas pluviales no desembocaran en la Bassa d'Insa. Ahora, pero siempre dentro del marco legal, estamos estudiando reestructurar el espacio. Queremos dotarlo de la mayor filosofía deportiva posible.
De las sentencias urbanísticas, muchas tienen un riesgo inminente pero el proceso judicial no nos permite saberlo. Esto es un suma y sigue pero nosotros continuaremos defendiendo los intereses de la ciudad. Sin ir más lejos, hace unos días tuvimos que pagar casi 120.000 euros de intereses correspondientes a un caso de PAI Madrigal. El urbanismo es el grave problema de esta ciudad.
Una de las primeras medidas fue cambiar la estructura del equipo de gobierno. ¿Está dando frutos esa predicada mayor eficiencia?
No está todavía funcionando todo lo bien que me gustaría porque la gente necesita un tiempo de adaptación. La mitad de los concejales son nuevos y digamos que es un poco pronto y todavía estamos en un periodo de prueba. Tenemos que intensificar el diálogo y engrasar la maquinaria. De todos modos, creo que las estructuras dan soluciones pero, sobre todo, creo en el factor humano. En política, la confianza y el humanismo son fundamentales.
Respecto a la oposición, ¿cómo analizaría la situación actual?
Ciudadanos, extraordinariamente bien. No me disgusta, en absoluto, la línea que están llevando y a nivel local la experiencia está siendo muy positiva. Les ofrecí formar parte del equipo de gobierno pero, muy honradamente, me dijeron que querían adquirir experiencia y conocer mejor la administración. Están colaborando y aportando mucho. El PP no ha cambiado nada. De los temas judiciales que hay pendientes, intentaré, como alcalde, estar por encima de estos asuntos pero no me pueden pedir que haya una buena relación personal cuando llevan más de dos años atacándome y difamando para intentar meterme en la cárcel aun sabiendo que no hay nada y que ni yo ni mis compañeros nos hemos levando ni un solo euro que no nos corresponda. Me acusan de delitos muy graves. Pensaba que Folgado y el PP se darían cuenta de que esta cacería solo trae que tensión pero veo que no. Yo agradezco mucho a la gente que no les haya hecho ni caso y, por eso, están ahora donde están. En el asunto de las 'tapas y cañas' no solo se me ha acusado a mí, sino que han dudado de la honorabilidad de muchos comercios locales y de los técnicos municipales, a los que esto les ha provocado un malestar muy importante.
El deporte es otra importante marca con la que se quiere consolidar la ciudad. ¿Cómo van las negociaciones con otros municipios para compartir instalaciones deportivas?
Están muy avanzadas. En tres meses hemos conseguido que equipos nuestros de fútbol estén jugando en Almassora y estamos mirando para que vengan ellos a jugar aquí. También hemos negociado con Betxí. En materia deportiva hay muchísimas oportunidades. Tengo claro que el centro de tecnificación ha de ser un proyecto tractor no solo a nivel local.
Hablaba antes de la relación fluida con la Generalitat. El PSPV y Compromís gobiernan en muchos pueblos de la provincia. ¿Hay suficiente apoyo ahora?
El entendimiento y unirnos nos hará mucho más fuertes pero sigue faltado el apoyo clave de la Diputación Provincial. Estamos intentando impulsar el área metropolitana de la Plana para vender nuestros recursos de cara al exterior, pero la Diputación no puede ser el enemigo de los ayuntamientos de la provincia. Además, porque hay 450.000 ciudadanos que no están gobernados por el PP.
