Los vecinos de Almassora celebraron ayer el día grande de las fiestas en honor a la Mare de Déu del Roser con la misa, procesión y serenata a la patrona. La actividad religiosa fue la protagonista de una jornada dedicada a la fe que comenzó por la mañana con el volteo general de campanas para anunciar la festividad del día. Además de los actos litúrgicos, el programa reservó un espacio para la música, el deporte y los más pequeños.

El municipio vivió ayer uno de los días de mayor sentimiento religioso con la misa solemne y la procesión en honor de la Mare de Déu del Roser. Vecinos y vecinas del pueblo, la reina de las fiestas, Paula Muñoz Caudet, y las ocho damas de su corte de honor, la alcaldesa Susanna Nicolau y miembros de la corporación municipal acompañaron a la Mare de Déu en su recorrido por las calles de la localidad.

Entre un silencio respetuoso y alguna que otra lágrima del público que llenaba las aceras de las calles por las que discurre la procesión, la Mare de Déu del Roser volvió hasta la iglesia de la Natividad. Una traca final y una Serenata en su honor sirvieron para cerrar el acto. Tanto a la misa solemne, como a la posterior procesión acudieron todos los concejales del ayuntamiento, excepto los dos de Podem Almassora.

Pese a que para muchos los domingos son días de descanso -los festejos taurinos también se lo tomaron libre ayer- y pese a que Paula Muñoz y sus damas no tenían su primer actos hasta las seis de la tarde, Almassora volvió a vivir una jornada de celebración y actividades a lo largo de todo el día.

Tras las campanas de la Iglesia de la Natividad que anunciaron el día dedicado a la Mare de Déu del Roser, y como si de un concierto coordinado se tratara, poco tiempo después las «dolçaines i tabals» de la Colla Les Goles de Almassora servían como preludio a la partida de exhibición de Pilota Valenciana ofrecida por los miembros del Club Pilotari d'Almassora en la calle Santa Bàrbera. Llegó, entonces, el turno y el protagonismo de los almassorins y almassorines más jóvenes. Tuvieron su partida de pilota, con sus golpes de «carxot» y algún que otro «bot i volea» improvisado, pese a que la variedad jugada fuera el raspall.

Encierro infantil

Y, aunque la Vila, que ayer cerró los chiqueros para dedicar la jornada al Roser, la jornada mantuvo su carácter puramente taurino con el encierro infantil de carretones celebrado a mediodía. Decenas de niños disfrutaron al máximo de la actividades en la que recorrieron las plazas Mayor y de la Picaora como pequeños mozos ante morlacos de cartón y plástico. Allí, tuvieron encierro, alguna que otra iniciación en los recortes y los quiebros, además de poder correr libremente por un recinto que les está vetado durante el resto de la semana.

Con el inicio de semana, la actividad taurina regresará hoy en el horario de costumbre con la exhibición de dos toros de Gerardo Ortega y Carlos Charro.

Además de ello, la jornada del lunes contará con copla española por la mañana en la residencia municipal de la tercera edad, y con actividades infantiles a partir de las 18 horas en la plaza Pere Cornell.