La Diputación de Castelló se ha dirigido a la Conselleria de Bienestar Social para buscar una fórmula que garantice la supervivencia del centro de acogida de menores del complejo Penyeta Roja. Se trata de una instalación única en la provincia que da cobijo a niños en situación de abandono familiar y cuyo mantenimiento asume en su práctica totalidad la diputación. La institución incide en sus limitaciones presupuestarias y recuerda que la protección de menores es competencia de la Generalitat Valenciana.

La diputada provincial responsable del área social, Elena Vicente-Ruiz, no oculta su preocupación sobre el centro. Mantenerlo conlleva un gasto anual de 1,9 millones de euros, de los que 1,7 salen de las arcas provinciales, mientras que la Generalitat ha aportado este año una subvención de 235.000 euros.

La ley de racionalización fija el próximo 31 de diciembre como fecha tope para que cada administración asuma las competencias que le son propias para acabar con las duplicidades. Sin embargo, señala Elena Vicente-Ruiz, un reciente decreto-ley del Consell deja en suspenso la fecha del 31 diciembre y mantiene la situación actual de manera indefinida.

En la práctica, esto supone que la diputación tiene que seguir haciéndose cargo del centro de acogida de menores, «pese a que no hay ningún género de dudas de que este servicio es de competencia autonómica», apunta la diputada.

Según señala, la diputación ha presupuestado el mantenimiento de la dotación para 2016, pero insta a la consellera de Bienestar Social, Mònica Oltra, a negociar una mayor implicación económica de la Generalitat.

Centro único en Castelló

El centro de acogida y la residencia infantil de la diputación tiene capacidad para 35 niños y es el único de este tipo en la provincia de Castelló. Acoge a menores de 0 a 12 años en situación de riesgo o abandono. Este servicio social actúa de forma inmediata -a través de los servicios sociales o por mandato judicial- cuando es necesario separar a los niños de su ambiente familiar negativo.

Los menores permanecen en el centro hasta que se les encuentra una salida adecuada. El complejo tiene que permanecer abierto los 365 días del año y las 24 horas del día, ya que en cualquier momento puede producirse un ingreso. El año pasado, acogió, educó y trató a un total de 51 menores.