La ciudad de la Plana tiene como emblema de su modernidad dese hace unos años la zona universitaria, punto de crecimiento hacia el oeste de un municipio que busca dejar atrás su sambenito de urbanismo sumergido en el caos y la desproporción. Las obras del Tram permitieron diseñar un puente de estilo atirantado que conecta la ciudad con la universidad, una imagen que sin duda dio un lavado de cara a una localidad acostumbrada a salir en los catálogos durante años cómo ejemplo de cómo no se tiene que diseñar una urbe.
La imagen fresca que da el puente, por cuya superficie conviven a diario Tram, estudiantes universitarios y deportistas, ha sido una herramienta que ha utilizado el ayuntamiento durante todos estos años para su promoción turística. De hecho, la apuesta por el deporte por parte del consistorio, con el maratón como gran producto, utiliza todos los años para sus promociones la estampa del puente sobre el río Seco, que en todos estos años ha sido la atractiva salida de la carrera.
Pero una pequeña mirada por los solares cercanos al puente nos hace volver a una estampa aún por solucionar: la presencia de solares convertidos en centros de chatarra y vertederos que dañan la imagen moderna que se quiera dar de esta parte de la capital. Y es que resulta difícil pasear por la zona y no sumergirse en instantáneas que sin duda golpean el entorno de la universidad.
