La Diputación de Castelló es una de las pocas instituciones que conserva el Partido Popular en la Comunitat Valenciana tras las elecciones del 24M. De cara a las generales del 20 de diciembre, las encuestas pronostican la pérdida de la mayoría absoluta por parte de los populares y un ascenso de las formaciones emergentes. En este contexto, el presidente de la diputación, Javier Moliner, hizo ayer una defensa cerrada de la institución provincial y cargó contra Ciudadanos y Podemos por abogar, sostuvo, su supresión.

Moliner realizó un alegato de las diputaciones en el desayuno informativo organizado por el Casino Antiguo. Ante políticos del PP y representantes de la sociedad civil de Castelló, se presentó como un dirigente cuya máxima preocupación es la provincia. Y en su opinión, el bienestar de Castelló pasa por la continuidad de las diputaciones, una administración intermedia que juega principalmente un papel de gestor en los municipios más pequeños. Partidos como Ciudadanos y Podemos abogan abiertamente por su desaparición al considerar que la existencia de las autonomías hace innecesarias las diputaciones.

Así, Moliner alertó que en las elecciones generales se «presentan partidos con opciones de formar gobierno» que sólo «apuestan por el voto urbano y renuncian a parte de un territorio», afirmó. «Detrás de esta voluntad de eliminar diputaciones está la supresión de las provincias», remarcó el presidente provincial en referencia a Podemos y Ciudadanos.

Consideró que estas dos formaciones sólo se preocupan por las ciudades y olvidan los pueblos, el ámbito de actuación donde justamente actúa la diputación. Moliner subrayó que la institución provincial es clave para garantizar la igualdad entre ese «20 % del territorio donde reside el 80 % de la población de Castelló y el 80 % donde vive el 20 %».

Moliner trazó un discurso netamente provincial y destacó que sus objetivo es devolver a Castelló a la senda del crecimiento económico y virar «la mala reputación de Castelló tanto en el interior como en el exterior». En este sentido, reiteró la importancia de infraestructuras como el aeropuerto, el corredor mediterráneo o el AVE, y lamentó las críticas vertidas en los últimos años contra la instalación aeroportuaria. Recalcó que las infraestructuras en general son «deficitarias» y apuntó que hay que medir su rentabilidad de acuerdo al servicio que aportan al territorio. «Con el dinero de todos los castellonenses se pagan todos los años las pérdidas del aeropuerto de Alicante o el de Valencia, las del Tram de Alicante o los 600 millones de euros que se han destinado a la ampliación de El Altet, o 180 millones para la de Manises. Cuando nuestro aeropuerto les cueste al resto lo que a Castelló le ha costado lo de los demás, que se tomen medidas, pero basta ya de fijar las miradas en Castelló. Ya está bien de que algunos sólo midan la rentabilidad de las inversiones públicas cuando son las nuestras, cuando llevamos años pagando que otros tuvieran esas oportunidades», insistió Moliner.

Por último, se desmarcó del proyecto de mejora de la línea de tren de Sagunto-Zaragoza porque teme que sea una excusa par a llevar las mercancías por el corredor central frente al mediterráneo.