Es una vivienda «con muchas posibilidades», como señalan la alcaldesa de Benicarló Xaro Miralles y el edil de Cultura, Josep Barberà, al traspasar la puerta del edificio, situado en plena calle Mayor. La casa que la antigua maestra Doña Fidencia cedió al municipio con la condición de que fuera destinada a usos culturales muestra una construcción en diferentes etapas, o, como poco, reformas que se han realizado en diferentes épocas. Si el estilo de construcción de la fachada podría datarse aproximadamente de los años 50 del pasado siglo, su interior muestra algunos tesoros, como piezas de cerámica de principios de siglo que bajo la espesa capa de polvo conservan aún su belleza. Techos elevados, puertas de madera maciza o pasillos con algún a arcada dan una idea del carácter del edificio, que contiene un pequeño patio interior y tres alturas.
Además del paso del tiempo, el edificio muestra señales visibles del expolio al que ha estado sometida. Visto su estado, el presupuesto inicial para poder consolidarla se elevaría a 300 000 euros solo para una primera fase. «No sabemos exactamente si para el uso que pretendemos darle es mejor construir de nuevo, o conservar lo que hay y adaptar el edificio, aunque la prioridad es conservar». Desde el consistorio pretenden iniciar e impulsar la consolidación y la reforma del edificio, «aunque sea mediante subvenciones o por fases», a lo largo de esta legislatura. Miralles lamentaba que el edificio hubiera permanecido tanto tiempo olvidado, porque el deterioro no ha hecho más que aumentar. «Todos los años se deberían destinar un aparte de los presupuestos a este objetivo». El edificio, como indican Miralles y Barberà, puede dar «para mucho» y pretenden impulsar en ella un centro polivalente de formación, que, como ya informábamos ayer, acoja la UNED, la UOC y la UP. «Sería un centro de formación homologado», apunta Miralles, y en su planta baja podría incluir un salón de actos para ofrecer presentaciones.
