Las relaciones entre el Ayuntamiento de Castelló y la asociación de vecinos de Mestrets-Borriolenc han pegado un giro de 180 grados tras el cambio de color político en las elecciones municipales. El nuevo gobierno ha activado el diálogo tras años de olvido por parte del anterior ejecutivo y mantiene, además, el compromiso de paralizar el PAI Mestrets.
Una comitiva de la entidad vecinal se reunió ayer nuevamente con el vicealcalde, Enric Nomdedéu, para proponer el desarrollo de una «ciudad jardín» que respete la tipología de las actuales alquerías. El concejal y los representantes de Mestrets coincidieron a la hora de calificar de «insostenible» la propuesta planteada en su momento por el Consell y el exalcalde, Alberto Fabra. El antiguo Instituto Valenciano de Vivienda, a instancias de los munícipes populares, planteó el desarrollo de un nuevo barrio en la zona noroeste con viviendas integradas en bloques de 15 alturas, y avenidas de cuatro carriles. Era el modelo que los expertos definen de «California». Por el camino pretendía derribar unos 50 «masets» porque sus propietarios «no podían seguir con su modo de vida», como les transmitió Fabra a los afectados. El ejecutivo de izquierdas considera este PAI «insostenible» y el pacto de gobierno recoge su eliminación
Nomdedéu, según los vecinos, explicó que los terrenos de Mestrets, que abarcan cerca de 700.00 metros cuadrados, serán redefinidos en la revisión del Plan General de Ordenación Urbana, aunque apuntó, según las mismas fuentes, que todavía se ha de concretar cómo. El ayuntamiento tiene sobre la mesa el planteamiento de ciudad jardín de Mestrets-Borriolenc. Comprende viviendas unifamiliares, calles estrechas, y lo más importante para la asociación, es compatible con las casas existentes. El colectivo entiende que Mestrets es una de las zonas de expansión de la ciudad, pero cree que el PAI Mestrets es «irrealizable».