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La obtención de gas a partir de residuos ofrece a la cerámica una fuente energética alternativa

Reciplasa producirá un combustible sólido derivado de la basura que se puede transformar en un gas sustitutivo del natural

La obtención de gas a partir de residuos ofrece a la cerámica una fuente energética alternativa

El combustible derivado de los residuos se presenta como una oportunidad para el sector cerámico castellonense. Una empresa del grupo Pamesa será pionera en la utilización de este producto para su transformación en gas de síntesis (syngas), obteniendo así una fuente de energía alternativa al gas natural.

Una parte sustancial de la basura no reciclable (el rechazo) de Castelló se transformará en combustible sólido recuperado (CSR). La sociedad pública Reciplasa (gestora de las basuras de la comarcas centrales de la provincia) ha relanzado el proyecto de construcción de una planta que producirá CSR, un elemento que se obtiene a través de la trituración y deshidratación de los residuos sólidos urbanos.

La reactivación de la planta de CSR ha sido posible tras el acuerdo alcanzado con el grupo Pamesa, dispuesto a asumir más de 20.000 toneladas anuales. Lo novedoso es que el CSR no se quemará para obtener energía, como se hace en las plantas de valorización energética (las conocidas comúnmente como incineradoras). La empresa cerámica tiene previsto efectuar una importante inversión para la obtención de gas a partir del CSR a través de un proceso de gasificación. El denominado syngas puede utilizarse para reemplazar el gas natural, lo que supone una alternativa para un sector muy dependiente de esta fuente de energía. La gasificación permite obtener energía de residuos, por lo que se trataría de una energía sostenible y alternativa al uso de combustibles fósiles.

Portazo a la incineradora

Se abre así una vía para la industria azulejera y, además, se da salida al rechazo de la basura, que actualmente va a parar a un vertedero. De hecho, el proyecto de conversión de los residuos en combustible cierra la puerta a la construcción de una planta incineradora en la provincia, una infraestructura impopular y que los municipios son reacios a acoger.

El acuerdo con Pamesa dará salida a más de 20.000 toneladas anuales de rechazo de las 70.000 que se producen anualmente en la planta de tratamiento de Reciplasa. La diferencia seguirá yendo a parar a vertederos. Sin embargo, los gestores consideran que la demanda irá aumentando, por lo que han decidido reactivar la planta de CSR, que supondrá una inversión cercana a los 9 millones de euros. El proyecto se tuvo que paralizar porque se vio frustrado el acuerdo alcanzado con la cementera Cemex, a la que se iba a destinar la producción. Ahora se ha redefinido el proyecto para obtener un producto de mejor calidad orientado a la industria cerámica.

El recibo de la basura

La construcción de la planta de CSR obligará a Reciplasa a un fuerte desembolso económico, obligando a los ayuntamientos a incrementar su aportación, por lo que, probablemente, éstos tendrán que repercutirlo en el recibo de la basura que pagan los ciudadanos. No obstante, se está a la espera de la obtención de fondos europeos para financiar la infraestructura, que está previsto que entre en funcionamiento en el plazo máximo de dos años.

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