La Junta de las Festes funcionó como una especie de empresa privada con la anterior estructura de la fundación. 1,2 millones de euros del ayuntamiento eran gestionados sin apenas control directamente por parte de la junta. El nuevo patronato, que nace como consecuencia de la Ley de Grandes Ciudades, pone fin a una época de opacidad en las cuentas que año tras año advertía el interventor municipal.
Javier Gimeno propone en su programa electoral una mejora de la transparencia y, para ello, además de asumir que el presupuesto festero ha de ser gestionado por el ayuntamiento, indica que cumplirá «con las normas de contratación del sector público» y por otro lado, afirma que dará cuenta en la web de las fiestas de las decisiones que tome la junta, además de su estado económico.
También planea mejorar la comunicación con los colectivos festeros y los medios de comunicación, y la apertura de canales «de comunicación para la participación popular, aprovechando los actuales». En este sentido, sostiene que «aprovechará la sinergia de las actividades de los diferentes colectivos, aunando las aportaciones de todos aquellos que en mayor o menor medida colaboran con las fiestas».
Por otra parte, introduce en el «món de la festa» políticas de sostenibilidad y de integración. En el primer caso, apuesta por incorporar «nuevas sinergias» y por promover un gasto responsable en fiestas. En el segundo, por primera vez apuesta por impulsar medidas que faciliten la integración de colectivos y personas discapacitadas.
Otra de las líneas esenciales de su programa es la «internacionalización y promoción» de la Magdalena. «Hay que conseguir que la declaración de Fiestas de Interés Turístico Internacional sea algo más que una mera frase del cartel anunciador», remarca Gimeno.
