Entras en el restaurante Florida y se activan las glándulas salivales. Lo complicado es elegir, dada la variedad de platos que ofrece el establecimiento, a cada cual más suculento. El pulpo es el principal reclamo de la casa, aunque no hay que desdeñar el resto de especialidades.
Un almuerzo en el Florida es un ejercicio de placer. Las opciones son múltiples. El pulpo se sirve a la brasa, encebollado o a la gallega. Muchos clientes conocen al restaurante como el «bar del pulpo» por lo bien que se cocina el cefalópodo. También hay manitas de cerdo, secreto ibérico a la plancha, costilla de cerdo al horno, calamares, berenjena rebozada y all pebre por encargo. Los más hambrientos pueden decantarse por un chuletón troceado. El jamón se corta a cuchillo y los clientes lo aprecian, como demuestra que cada dos días cae una pieza. También triunfa el tocino ibérico, conocido son el sobrenombre del «salmón de Albacete». Las anchoas con queso de Almassora maridan a la perfección.
Pisto «divino»
No hay que dejar de probar el pisto, que en el Florida se sirve con magro de cerdo. Hay una variante con huevo frito, conocida como pisto «divino», que llama a gritos al pan para rebañar el plato.
El bar tiene una amplia bodega y ofrece como vino de la casa un Rioja cosechero de calidad. También tiene vino blanco de la variedad local macameu, además de una variada carta de ginebras.
El Florida dispone de una clientela fiel, que se agolpa cada día a al hora del almuerzo, hasta el punto que hay que establecer doble turno. Un ilustre que conoce las bondades del lugar es el actual president de la Generalitat, Ximo Puig, que de vez en cuando se deja caer. ¿Cuál es la receta del éxito? El propietario, José Ignacio Escorihuela, lo tiene claro: «Productos de calidad, buena atención y mantener la ilusión del primer día».
