Diego Lázaro Fuoli (Zaragoza, 20 de octubre de 1997) ha sido el último futbolista en aterrizar en la plantilla del juvenil A del Villarreal. Antes de llegar a tierras castellonenses defendió las elástica de las mejores canteras de fútbol aragonesas: Stadium Casablanca, Zaragoza, Oliver y de nuevo al Stadium Casablanca. Llegó a finales de agosto y completa una portería de lujo para el vigente campeón de Liga y de la Copa de Campeones, junto al vallero Víctor Pujades y al roqueteño Carlos Luque.

Ha jugado los dos últimos partidos de la escuadra vila-realense. Ambos acabaron con triunfo ante el Alcoyano (6-1) y frente al Elche (0-1). Uno gol recibido, y los 185 últimos minutos imbatido. Es fuerte, alto, rápido y mandón sobre el terreno de juego. Dice que llega al Villarreal «con la idea de seguir creciendo, de trabajar y de mejorar. Eso sí, con mucha ilusión ya que es una gran oportunidad la que se me ha presentado».

Hoy cumple mayoría de edad. Y es consciente de que jugar estará caro esta temporada. Lo está siendo, de hecho. «La competencia es dura; Víctor y Luque son dos grandísimos porteros y compañeros. Lo demuestras todos los días. A parte, son dos chavales fantásticos que he han recibido muy bien y les estoy muy agradecido», apunta Diego Lázaro, nuevo arquero del juvenil A del Villarreal.

La plantilla del equipo amarillo de la Plana Baixa ha cambiado en un 85% respecto a la de la temporada anterior. La esencia de lo bueno de la anterior queda en el vestuario. «Soy nuevo, pero por lo que estoy viendo me quedo con lo colectivo. El grupo es fantástico y trabajamos todos con mucha intensidad para lograr grandes cosas», destacó. Finalmente, Diego Lázaro se definió como «un portero que me gusta trabajar y entrenar, y la verdad es que me encuentro muy a gusto jugando con los pies».

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Empate con sabor a triunfo

La jornada dejó la alegría entre la expedición del Castellón que logró un punto con sabor a victoria en el Cerro de Reyes frente al Atlético Madrileño (1-1). Gol del pamplonés Álex Valerio, empate rojiblanco y en el minuto 85 que apareció el héroe albinegro. El portero rumano Rober Micu que paró un penalti que evitó la derrota de los orelluts. El punto tiene un valor anímico increíble. Ahora toca ganar al Alcoyano en Facsa.