El bar-restaurante San Fermín de Castelló ha sabido sortear a la crisis de la mejor manera posible. Nacía en el año 2007, en plena recesión económica, pero el equipo humano que conforma la plantilla ha conseguido, con esfuerzo y dedicación, consolidar este local como uno de los preferidos por los castellonenses. A las 9.30 de la mañana empieza el goteo de los almuerzos que ya no cesa hasta la hora de las comidas. Una barra bien surtida de tapas más platos combinados son la mejor oferta para quienes hacen un alto en el camino para pegar un bocado. La especialidad es el rabo de cerdo frito, un plato poco usual y que sorprende a todos los clientes. Además, también se pueden degustar, los callos caseros, la molleja, «lleteroles» (mollejas de cordero), magro con tomate, el revuelto San Fermín con jamón y ajo, morro a la brasa, carrillada, rabo de toro,... Y otras tapas más comunes como los chipirones a la plancha, los calamares o las bravas.

Todo ello se completa con la carta de bocadillos donde la «torraeta» de anchoas se corona la reina del «entrepà».

Jaime, el gerente, Perfe a la cocina y Michelle y Maica en la sala son el grupo humano que conforman la plantilla y que saben cómo tratar al cliente. «Nacimos con unos objetivos y nos hemos ido adaptando a los clientes, los que ellos demandan es lo que nosotros queremos ofrecer», apunta el Michelle.

Esta filosofía fue la que hizo ampliar su oferta a exquisitos menús diarios „incluido el sábado„ compuestos por dos tapas, arroz de bogavante, postre y bebida por 12 euros. «En el menú estrella y lo hacemos también para grupo», apunta Michelle. Además, el arroz se puede cambiar por solomillo al gusto sin suplemento alguno. En definitiva, una cocina tradicional y casera que siempre gusta y nunca pasa de moda.

Su horario es de lunes a sábado de 6.30 horas hasta la noche. Los sábados abre a partir de las siete de la mañana. Domingos cerrado.