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Una segunda oportunidad

Una segunda oportunidad

Que aquellas personas que han pasado por un periodo de trastorno mental no queden estigmatizadas y se puedan reinsertar tanto a nivel social como laboral en la sociedad. Estos son, a grandes rasgos, los objetivos que persigue la Fundación Primavera, creada en 2011 por cinco familias de afectados por este tipo de trastornos.

El tiempo pasa rápido en una fundación que, según explica su contable entre facturas y papeles, hace «montañas de cosas». Lo cierto es que desde que hace cuatro años escasos iniciaran la actividad con apenas 30.000 euros puestos por las mismas familias a fondo perdido han pasado muchas cosas. Tienen un local propio que les cedió el ayuntamiento y que han arreglado, han atendido y formado a más de cien usuarios y a sus familias y desarrollan, en colaboración con varias administraciones y empresas privadas, varios programas de formación y reinserción.

Ahora reconocen estar «sobrepasados» ante la multitud de solicitudes y casos que reciben, no tan solo de familiares de afectados vila-realenses sino de otros municipios de la plana castellonense. Es en este sentido que su presidente, Vicent Arrufat, pide una mayor implicación por parte de las administraciones provincial y autonómica, y también hace una llamada a la ciudadanía para que participe, bien como voluntario bien como socio colaborador. La labor de la Fundación Primavera empieza cuando la sanidad les deriva a pacientes con algún problema de salud mental cuyo trastorno está estabilizado. Es entonces cuando el equipo técnico, dirigido por Salomé Castelló, realiza un plan de intervención personalizado que determina si el usuario necesita formación o está ya capacitado para reinsertarse social y laboralmente. En el primer caso, Castelló explica que hay varias opciones, desde cursos de formación que ofrece la propia fundación a un servicio de inserción laboral personalizado en el que participan empresas privadas, pasando por proyectos más ambiciosos como Primavera 4 estaciones, que desarrollan con la colaboración de la Caja Rural y la cooperativa agraria.

En el mismo, los alumnos se familiarizan con la agricultura ecológica, y los resultados son «muy positivos». «Jóvenes que habían perdido muchas habilidades sociales recuperan la ilusión gracias al contacto con la tierra», resumen, poniendo en valor unos talleres que buscan homologar en el Servef.

Otra de las actividades que mejor aceptación tiene entre los afectados por trastornos es el programa de radio que cada dos semanas preparan y emiten desde Radio Espai Jove bajo el título «La voz de nadie». En el mismo, tratan de concienciar a la sociedad de que pueden tener, «sin ninguna duda» en palabras de Castelló, un espacio en la sociedad.

Y quizá la joya de la corona a nivel de reinserción es Salutnet, la empresa de lavandería industrial que comenzó su actividad este pasado septiembre con dos trabajadores contratados.

Se trata de una empresa social, catalogada Centro Especial de Trabajo por el Servef y en la que «lo más importante es la persona y realizar un acompañamiento adecuado».

Con 25 voluntarios realizando alguna labor, la fundación se encuentra en plena fase de crecimiento, y sienten que la concienciación ciudadana respecto a sus reivindicaciones -que también pasan por una tutela acompañada una vez que los afectados se quedan sin familiares que les atiendan- va ligeramente en aumento.

Todo ello les lleva a defender con más fuerza posiciones contundentes como ésta: «trabajando en reinserción la administración ahorraría costes».

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