El próximo 30 de octubre comenzará el juicio con jurado por el doble crimen de Càlig, en el que se juzgará al empresario gallego acusado de planificar la muerte de su amante, y a uno de los sicarios que ejecutó a la mujer y al chico que la acompañaba el día del crimen.

Según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), el juicio comenzará el viernes a las 10.00 horas en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Castellón y continuará los días 2, 3 y 4 de noviembre.

El fiscal pide 52 años de cárcel para el empresario gallego por dos delitos de asesinato y allanamiento de morada.

Otro de los sicarios ya fue juzgado y condenado a 44 años de prisión.

El relato de los hechos explica que el empresario ILH, de 66 años de edad, conoció a la víctima -de nacionalidad cubana y 31 años menor que él- en una discoteca en La Habana (Cuba), e iniciaron una relación.

El hombre consiguió que, tras haberle dejado en una ocasión, la mujer volviera con él en 2003 al persuadirla y facilitarle un domicilio en Benicarló, un vehículo, un puesto de trabajo, una cuenta bancaria en la que le ingresaba dinero periódicamente y un teléfono.

A partir de entonces el acusado realizó numerosos viajes de Cálig a Benicarló para verla, y trajo a España a la madre de ella y a la hermana, a quien además arregló un matrimonio de conveniencia para regularizar su situación.

En 2004 la víctima se trasladó a vivir a Italia y avisó a su hermana por escrito de que si le ocurría algo sería responsabilidad de ILH, aunque regresó por miedo y retomó la relación.

Finalmente, la mujer decidió romper la relación y fue entonces cuando el procesado empezó a planear acabar con la vida de las hermanas. Para ello contactó con el otro acusado, para, "a cambio de dinero", encargarse de la muerte de éstas.

Éste contactó a su vez con otro hombre -ya condenado por estos hechos a 44 años de prisión- y ambos las vigilaron hasta que decidieron acabar con la vida de las hermanas la noche del 11 al 12 de junio de 2005.

Ese día ambas salieron en coche fuera del pueblo y la persona ya condenada -junto a otras personas entre las que se encuentran el otro hombre que será juzgado-, accedieron al domicilio de las hermanas en Cálig para esperarlas. Pero al volver, las hermanas sufrieron un accidente y llamaron a dos amigos para que las ayudasen.

La víctima y uno de los amigos fueron a casa a recoger lo necesario y avisar al seguro y una vez allí fueron sorprendidos por uno de los acusados junto a otras personas que les maniataron y les dispararon en la cabeza, causándoles la muerte.