Francisco Gil ha sido el hombre elegido para instaurar la paz en el PSPV local de Castelló. Este funcionario, empleado en la diputación provincial, consiguió el 80 por ciento de los votos de los 129 afiliados que se dieron cita en la asamblea que tuvo lugar el pasado sábado, a petición del partido socialista de Valencia. La alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, ostentará la presidencia y como vicesecretarios estarán Germán Renau „principal rival de Marco en las últimas primarias y que a punto estuvo de arrebatarle el triunfo„ y Alexis Barrio. El primero se encargará de Acción Política y Relaciones institucionales y el segundo de Organización Interna y Coordinación.

Con este ejecutiva local, los socialistas pretenden enterrar el hacha de guerra y volver a sembrar la armonía entre sus afiliados. Parece que su posicionamiento en el Ayuntamiento de Castelló, donde han conseguido gobernar en coalición pese a haber obtenido el peor resultado de la historia del partido„ ha limado asperezas y les ha hecho establecer una hoja de ruta en la que las disputas se tienen que dejar a un lado, al menos, durante los próximos cuatro años, en los que Marco tendrá la vara de mando.

Y es que, la imagen del PSPV de Castelló estaba, más que tocada, hundida con todos los rifirrafes que han protagonizado desde que el socialista Daniel Gozalbo „anterior secretario„ decidiera abandonar el cargo, junto a todo su equipo. La primarias que enfrentaron a Marco y Ranau „colocado por el bando de Gozalbo„ fueron la prueba de fuego que dejó, más que evidente, la división del partido.

No obstante, esta es la imagen que quieren dejar a un lado con esta nueva ejecutiva que, según manifestaron, pretende abrir una nueva etapa de «ilusión», «tranquilidad» y «entendimiento».

El propio Gil ha manifestado en su blog «Ludiente, ¡claro que sí! Diario de un exconcejal» que «empieza una nueva etapa en mi vida, ilusionante y llena de responsabilidad que espero llevarla adelante con dignidad».

Cabe señalar que la nueva junta es de transición y que estará vigente solamente durante 18 meses hasta que se convoque un congreso en el que se elija la ejecutiva definitiva, que se espera sea también conciliadora.