El único cajero automático que había en la zona sur de Benicàssim, situado en el Eurosol, ha dejado de existir hace apenas unas semanas. Un tema que se ha convertido en la gota que colma el vaso para los vecinos de esta parte del municipio que, como declaran, «nos sentimos vecinos de segunda, abandonados, porque no tenemos los mínimos servicios y sólo se acuerdan de nosotros a la hora de pagar los impuestos», indica Miguel Ángel Zafra.

La alcaldesa, Susana Marqués, informó que es conocedora de la situación «y vamos a iniciar una ronda de conversaciones con los bancos para ver si puede haber alguna solución».

Las opciones que tienen ahora los vecinos de la zona para sacar dinero es, o bien irse al casco urbano de Benicàssim o al Grao de Castelló «y lo mismo nos pasa cuando tenemos que ir a comprar un simple cartón de leche porque por aquí no hay nada», explica Javier Campos. Y es que una vez pasada la temporada alta, y al igual que ocurre con decenas de apartamentos de la zona, muchos son los establecimientos que echan la persiana hasta el verano siguiente. Al pasear desde el camino La Ratlla y por el final de la avenida Ferrandis Salvador, se pueden contar con los dedos de una mano los negocios que abren durante todo el año: apenas dos bares, una farmacia y poco más. Hace falta llegar al Eurosol para encontrarte con un kiosco o un estanco, por ejemplo.

Además de para ir a un supermercado, estos vecinos tienen que coger el coche, o en su defecto el autobús, para acudir al médico ya que el centro de salud situado en el casco urbano es donde tienen el médico asignado «y ni siquiera en verano podemos ir al consultorio Azulmar que está cerca porque es para desplazados, es decir, sólo para los que vienen de fuera». Este es uno de los servicios que demandan como prioritario «porque aquí hay gente mayor y es algo que se necesita».

Mosquitos e inundaciones

Este grupo de vecinos suele quedar en uno de los bares que abre todo el año en la zona, pero ni siquiera tomarse un refresco o cerveza es igual que en el casco urbano «porque aquí te acompañan los mosquitos que hay miles y este año es insoportable» señalaba Cristina Pastor, quien ha cogido una gran práctica para matar mosquitos y en menos de media hora varios de ellos ya habían pasado a mejor vida.

Problemas de inundaciones cuando llueve por la no ejecución de la canalización del Barranco de la Parreta, la falta de una tenencia de alcaldía, apagones sistemáticos de luz en el paseo marítimo o la mala conexión de Internet son otros de los problemas que tienen las personas que viven en la zona sur durante todo el año «y no somos poca gente porque más o menos somos el 40% del total de los residentes en el municipio», señala Miguel Ángel Cerdán.

Los vecinos solicitan al ayuntamiento que actúe en la zona «porque en los últimos años se han hecho muchos planteamientos, pero realidades ninguna y nos gustaría saber qué dotación económica va a parar a la zona sur».

Susana Marqués explicó que en el caso de que se hubiera podido desarrollar el PAI Benicasim Golf, la realidad habría sido diferente, «porque habría aumentado la población en la zona y entonces podrían contar con servicio sanitario o incluso supermercados, porque todo ello depende del ratio de población y la que hay ahora no es suficiente, pero son temas que no son competencia del ayuntamiento». La primer edil recordó que la zona sur está incluida en el plan de movilidad urbana y en las inversiones a ejecutar con remanentes del 2014.