El momento de felicidad que vive el Villanovense desde que el sorteo copero le emparejara con el Barcelona tuvo su continuidad ayer al empatar a cero frente a un rival sin estrellas, en el que los suplentes no lograron un resultado acorde con la distancia que les debe separar de un Segunda B.

El arranque fue de tanteo, nadie se volvió loco, ya que el Villanovense esperó atrás bien colocado y el Barcelona tocaba sin profundidad. Con el público volcado en cada acción de los suyos, llegó la primera ocasión verde en un error defensivo que Moraga a punto estuvo de aprovechar con un gran disparo cruzado. En el último cuarto de hora, el Villanovense se desmelenó, entró por las bandas, superó en agresividad a su rival y mereció marcar en un remate de cabeza de Javi Sánchez al larguero, a cuatro del descanso. Los gritos de «¡sí se puede!» de la afición extremeña resumieron las sensaciones. Hubo que esperar al minuto 63 para ver el primer disparo con intención del Barça; Sandro se la preparó a la derecha y el esférico rozó el larguero. El técnico local, Julio Cobos, metió aire fresco porque los azulgrana ya iban a por el partido y se aguantó el empate.