Las últimas elecciones dibujaron un panorama político en Vila-real que pocos esperaban. ¿Fue una sorpresa para vosotros?
Sinceramente, sí. Los datos llegaban y no podía creérmelo. Las mejores encuestas nos daban 11 concejales como mucho. Los cuatro años anteriores de gobierno cuatripartito fueron un éxito colectivo, y eso nos daba esperanzas de crecer, pero no tanto. Considerando que la mayoría absoluta se explicaba en buena medida por ese trabajo compartido con otros partidos, la misma noche electoral, el alcalde José Benlloch ofreció a Compromís entrar en el equipo de gobierno. A nivel humano la experiencia colectiva de la anterior legislatura fue muy positiva, gestionando una herencia envenenada, y creímos conveniente volver a intentarlo.
Esta mayoría absoluta coincide con un cambio de gobierno a nivel autonómico. Se les comenzará a exigir que lleguen infraestructuras históricamente demandadas, y ya no valdrá el discurso del maltrato del PP a Vila-real.
En primer lugar, decir que un cambio a nivel autonómico era primordial. Estos 20 años de PP han sido un desastre para la Comunitat Valenciana, pero también para Vila-real. En nuestra ciudad se han hecho muchas obras, como el Centro de Tecnificación Deportiva, la biblioteca sin libros, el CEAM del Pilar, etc. Se hacían grandes obras pero sin planificar, y sin pensar que las infraestructuras se han de dotar de personal, material o mantenimiento.
En cuanto a las infraestructuras pendientes, lo que no podemos es exigir es que lo que no se ha hecho en 20 años de gobiernos populares llegue en 120 días. Es cierto que hay infraestructuras que exigiremos y que Vila-real merece y necesita, pero no hay que olvidar que hay una deuda de 40.000 millones de euros, y que lo primero son las personas: sanidad, educación, servicios sociales?
¿Cómo gestionará el equipo de gobierno aspectos pendientes como el PAI Madrigal, o el PAI de la carretera d'Onda?
El urbanismo del PP es una gran losa para Vila-real, todavía hoy. Un urbanismo que era de ocupación directa, de expropiar muchas veces sin pagar y de urbanizar sin planificar. Es el caso del jardín donde está ahora la estatua de Jaume I, allí se adeuda todo: el terreno y la urbanización. Y como estos casos hay muchos, los que comenta de Madrigal y carretera d'Onda, de difícil solución, o el caso de Fritta, donde finalmente conselleria tuvo que anular el PAI porque no era de recibo. Y al problema de la gestión de estos espacios se suma las sentencias urbanísticas, que continuamente van llegando y desestabilizan el presupuesto.
A nivel de proyectos de legislatura, ¿qué será irrenunciable para el PSPV estos cuatro años?
Servicios Sociales. Estamos en una época muy dura, y hay muchas familias del municipio que pasan serias dificultades. Ahora tendremos el apoyo de la Generalitat, que estoy segura que apostará por políticas sociales. Hay que seguir apostando por acercar el deporte y la cultura a la ciudadanía. En materia urbanística, hay que apostar por la redacción de un nuevo PGOU, y también por invertir en recuperación de patrimonio, que creemos que es importante. No tiene que ser todo vender y perder patrimonio, y el ejemplo del Gran Casino. Otra gran prioridad también debe ser la ocupación. Hay que aprovechar nuestra posición como 'Ciudad de la Ciencia' para abrir la puerta a empresas. Y, último pero no menos importante, llegaremos donde haga falta para conseguir la estación intermodal, porque creemos que es clave para el futuro de Vila-real.
