Formar a la ciudadanía para convertirla en parte activa en la protección de los enclaves naturales de Castelló. Es el objetivo de la campaña de voluntariado ambiental que se celebra los próximos sábados 7 y 21 de noviembre y que se centrará en el paraje del Molí la Font.

La concejal de Sostenibilidad Ambiental, Sara Usó, presentó ayer la iniciativa, que cuenta con la colaboración de la Fundación Limne, entidad especializada en este tipo de campañas de voluntariado ambiental y trabajará por primera vez en la ciudad.

La primera jornada, que se celebra este sábado, está dirigida a medir la calidad de las aguas del Molí la Font a través de determinados parámetros. «Animaremos a los participantes a que creen grupos, con una metodología y material que le entregaremos ese día, para ser capaces de determinar la calidad de las aguas en todo el término de Castelló», explicó la directora-gerente de la Fundación Limne, Sales Tomás.La jornada del 21 de noviembre se centrará en la eliminación de especies invasoras, ya que éstas constituyen un síntoma de que existe cierta degradación en un espacio natural.

Los programas de voluntariado van más allá de la educación ambiental porque pretenden convertir a los ciudadanos en protagonistas de la preservación de los espacios naturales. En el caso del Molí la Font, se trata de aportarles los conocimientos para que sean capaces de tomar muestras que determinen la calidad de las aguas.

Manantial

El Molí de la Font es uno de los enclaves naturales emblemáticos de la ciudad. Es un manantial de agua dulce cuyo caudal oscila entre 0,6 y 0,9 metros cúbicos, según la crecida o bajada del agua. Está rodeado de carrizos, eneas, adelfas y campos de naranjos, olivos y algarrobos. Cerca de este espacio se encuentran el castillo de la Magdalena y la ermita de Sant Francesc de la Font.

Las primeras referencias documentales a este enclave se remontan a finales del siglo XIV. Ya en el XVI figuraba como el molino más sencillo de Castelló y disponía de dos artefactos: uno para harina y otro para los tejidos y la preparación de paños. A partir del siglo XX, con las transformaciones que sufrió la zona para acondicionar el marjal y plantar arroz, se actuó sobre el manantial para obtener mayor caudal. La industrialización introdujo máquinas y turbinas, de las que todavía quedan vestigios en el interior del molino. (Fuente: «Molí de la Font. Historia y naturaleza de Castellón»).

Especies protegidas

El manantial y la red de canales cercana del paraje dan lugar a una charca que alberga peces de agua dulce y salada. Entre otros, el samaruc y el fartet, especies protegidas en peligro de extinción. Además, las cavidades albergan diferentes tipos de murciélago, como el pequeño patudo, también en riesgo. Así mismo, el enclave del Molí la Font acoge un buen número de aves nidificantes, anfibios y reptiles.