Álvaro Campos, portero del Castellón, aseguró ayer en los micrófonos de Radio Castellón que «parte de la crispación de la afición es culpa de los jugadores», para abundar en la autocrítica diciendo que «si en vez de estar a tres puntos del descenso estuviésemos arriba en la tabla el entorno al club sería otro diferente». Además, entendió que en focalice ahora en la figura del presidente de la entidad, David Cruz, a quien la afición el domingo paso insultó e incluso pidió su dimisión. «Para mí lleva una buena gestión. A mí me paga todos los meses, pero entiendo que haya gente que tenga otro punto de vista», opinó.

El arquero valenciano, que lleva trece meses en el club de la capital de la Plana, también reconoció que la plantilla está como atenazada. «Tenemos la responsabilidad de no fallar. Llevamos tensión en el cuerpo que no es nada buena», comentó. Esa tensión, unido a que muchos futbolistas no están acostumbrados a soportar tanta presión, hace que no se rinda al ciento por ciento. «Hacemos cambios por problemas musculares cuando en realidad el equipo físicamente está muy bien», manifestó. «Es como una especia de sobre stress», recalcó.

Con todo ello, el equipo no gana. Se diluye. Pierde partidos y la afición se encienda. Primero las miras se centraban en el extécnico Ramón María Calderé y destituido éste ahora el punto de mira apunta al palco de Castalia, a la presidencia. «El problema del Castellón es que lleva mucho tiempo en Tercera y eso tiene crispada a afición. El año pasado no se ascendió y eso hizo mucho daño a todos. Yo soy el primero que no quiero estar en esta categoría, y voy a partirme la cara por salir de ella. El club arrastra una herencia de varios años atrás. Si el equipo estuviese entre los dos primeros todo esto no pasaría», concluyó Álvaro Campos.