Adrián es un futbolista del Villarreal CF que, afectado por una lesión en un ligamento, acaba de ser operado en Finlandia por tal vez uno de los cirujanos con mejor hoja de servicios del mundo. La circunstancia de haber acudido a un profesional de la categoría del finlandés es una muestra más del cuidado con que el Villarreal trata a los profesionales que forman parte de su plantilla, independientemente de que la intervención garantice una recuperación acorde con el esfuerzo realizado por el club y que, naturalmente, deseamos pronta y definitivamente positiva.

En principio la noticia no es en absoluto extraordinaria, pero coadyuva a fortalecer todavía más el prestigio de un club que, todo y su modestia, sabe estar a la altura de las circunstancias siempre que lo exige la realidad de las cosas. Si la memoria no me es infiel (escribo de memoria) el cirujano finlandés ya se ocupó hace mucho de intervenir de una lesión parecida al mismísimo Pep Guardiola en sus tiempos de jugador del FC Barcelona.

Esta decisión del Villarreal, como otras muchas, han ido consolidando una manera de entender la relación entre el club y sus profesionales hasta el punto de que, en su consideración, antes que profesionales los jugadores del submarino son personas, con lo que mientras dure su permanencia en la plantilla disponen de la seguridad de que serán tratados como merecen.

Estas cosas, como otras muchas, hacen crecer día a día el prestigio de un club que nada tiene que envidiar a los grandes de la Liga española y que, hasta donde sabemos, van ganando el respeto del resto de clubes y de los futbolistas que, ante una oferta profesional llegada desde el club de la Plana desoyen otras ofertas de parecido o mayor rango. Lo que dice mucho.