Calles descuidadas, aceras con baches, falta de alumbrado o un parque de cemento con pobres juegos infantiles. Esta es la realidad del barrio del Ensanche de Castelló. Algunos vecinos han dicho basta y han constituido la primera asociación vecinal para hacer llegar su voz al ayuntamiento tras décadas de «olvido».
El Ensanche abarca la cuadrícula entre el parque del Oeste, calle Pelayo, Gran Vía y ronda Mijares. Pertenece al distrito sur, pero se encuentra entre los barrios del sur y el centro de la ciudad. Permanece lejos de las entidades vecinales de Verge de Lledó o del casco antiguo y sus necesidades han sido ignoradas durante años por el consistorio. Es por ello que 40 vecinos han lanzado la primera asociación del barrio, que se denomina Maestría en honor al nombre primigenio del actual Politécnico.
Su hoja de reivindicaciones es larga. Lo más urgente «es un lavado de cara» de las calles. Su renovación es apremiante. Ha dado traslado de sus propuestas de mejora al ayuntamiento. Entre otras, cabe destacar una reforma en las calles Barrachina, parque del Oeste y Juan Bautista Poeta y en el tramo sur de la avenida de República Argentina; remodelación de esquinas de la zona este; retirada de cuadros eléctricos de obras abandonadas en las calles Barrachina, Vazquez Mella, Félix Breva y Jorge Juan; eliminación de cables eléctricos aéreos.
La entidad también denuncia una insuficiente iluminación en la zona oeste desde que se cambiaron las luminarias tradicionales por luces Leds de última tecnología.
La falta de limpieza es otro campo de batalla en el Ensanche. «Las calles están llenas de excrementos, orines» y la limpieza «con manguera se realiza cada tres meses a pesar de la presencia de un parque infantil, una escuela», afirma el colectivo. Al respecto, también pide más celeridad en la limpieza de los contenedores.
La Maestría reclama un incremento de la cifra de papeleras -hay únicamente 25 en 35 manzanas que componen el barrio- y, como posible solución al problema de los excrementos de perros, plantea el impulso de un registro de ADN para perros «con la finalidad de poder multar a aquellos dueños que no recojan las heces».
En materia de seguridad, la asociación defiende más vigilancia del «trapicheo y consumo en bares y plazas de la zona y en los portales del instituto del Ejército».
