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«Ojalá hubiera interés en solucionar la precariedad de las enfermerías en los 'bous al carrer'»

«Ojalá hubiera interés en solucionar la precariedad de las enfermerías en los 'bous al carrer'»

Después de más de treinta años de carrera profesional, Gustavo Traver ha conseguido un importante reconocimiento como cirujano taurino. Ostentó el cargo de cirujano jefe en la plaza de toros de Castelló durante más de veinte años y, aún hoy, asiste en algunos festejos de la provincia. En una semana en la que ha habido otro muerto por asta de toro „el tercero en lo que va de año en Castelló„, Traver muestra sus preocupaciones sobre el mundo del toro y destaca la importancia de contar con un equipo sanitario especializado. Además, se muestra a favor de la declaración BIC para los toros, que los actos taurinos reciban subvenciones y lamenta que se criminalice a los aficionados que se ponen delante del animal.

¿Considera que los «bous al carrer» deberían ser bien de interés cultural (BIC)?

En mi opinión, sí. Hay tantas cosas menos importantes que son bienes de interés cultural y, sin embargo, algo que data de hace tantos años y que tiene un arraigo popular tan importante y que arrastra tanta gente, creo que se debería reconsiderar.

Tras el tercer fallecido en lo que va año en los toros en Castelló, ¿se puede considerar que se cuenta con los sistemas de seguridad necesarios?

Son suficientes. Hay un tipo de seguridad de barreras y cadafales, la seguridad de corral, los diez voluntarios a las órdenes de un director taurino que vigilando la situación en las calles y toda una legislación al respecto. A ello se suma la seguridad médica, el personal sanitario, los ATS, la enfermería, las ambulancias... Más ya sería excesivo. Creo que la seguridad en los festejos taurinos tradicionales, es decir, los «bous al carrer», está suficientemente reglamentada. Lo que habría que cuestionar, y mejorar, son aspectos como las enfermerías, y que el personal sanitario fuera más profesional.

¿Con enfermerías mejores se evitarían muertes?

Algunas podría ser. La situación de las enfermerías es todavía precaria y, en muchos sitios, la profesionalidad de los asistentes sanitarios no es la más idónea. El médico y el ATS, a lo mejor, son personas no muy preparadas para este tipo de atenciones. En el toro de plaza hay un equipo de cirujanos que ya está estipulado desde hace años pero en el «bou al carrer» no acaba de ser correcto. No obstante, no creo que una perfección adelantara mucho en ciertas cosas porque, por ejemplo, la última cornada que hemos tenido en Onda, tenía todas las condiciones de seguridad más importantes que se podían poner y, sin embargo, la cornada era tan grave y tan complicada que, a pesar de haberse puesto en condiciones para el traslado al hospital, y allí haberle intervenido quirúrgicamente otra vez, el traumatismo fue tan fuerte y la pérdida de sangre tan importante que ha tenido la mala suerte de acabar con un fallo multiorgánico, una infección y ha fallecido.

¿Los toros requieren una actitud expectante y continua por parte de los médicos?

El espectáculo taurino es el único que requiere un equipo médico quirúrgico en actitud expectante durante la exhibición y, efectivamente, eso se cumple. Ojalá se recuperara el sentido de la gravedad y interés en solucionar el problema de las enfermerías para que sean lo más aceptables posibles, que el equipo sea lo más profesional posible y que el personal que «roda» delante del toro sea lo más consciente posible para que se reduzcan los incidentes.

Pese a las medidas, todavía se cometen infracciones como, por ejemplo, menores dentro del recinto.

Cada vez menos. Hay que tener en cuenta que el mundo del toro arrastra una afición importantísima, y los menores son los que quieren llegar a ser mayores dentro de esta afición. Pero creo que cada vez hay menos, el control dentro del recinto es muy importante. También hay que plantearnos que los recintos taurinos, depende de qué sitios, son muy grandes y el control se dificulta. Pero no es habitual verlos, los hay, pero no es lo habitual. Están controlados.

¿Los recintos deberían ser más pequeños para garantizar una mejor vigilancia?

El recinto es el que el pueblo considera, y no es, realmente, el problema. Los toros siempre se hacen en un estatus de fiesta, y la fiesta local es como el pueblo considera.

¿Con cada fallecido en actos taurinos es necesario abrir el debate sobre la continuidad de los «bous al carrer»?

No. Puede existir un problema que derive en una muerte, que son los menos, pero creo que no se debería debatir tanto porque dentro de la actividad lúdica existen percances y problemas tan importantes, o más, como los que hay en los «bous al carrer». Por ejemplo, en las playas, este año se han muerto nueve personas ahogadas, y otras actividades lúdicas como la bicicleta que también tienen su problemática, sus fallecimientos, accidentes. Y otras actividades más minoritarias como la equitación, el alpinismo, o la aviación también existe su problemática y creo que son más que en el mundo del toro, aceptando que en el mundo del toro, hay más gente. Para la gente que va, los percances que hay son mínimos.

¿Qué interés puede haber en este tipo de polémicas?

No me corresponde a mí decirlo pero responde a una situación de ideología política.

¿Qué factores influyen en una cogida? ¿Es siempre por imprudencia del aficionado?

No siempre es culpa de la persona. Realmente, cada uno es responsable de lo que hace en un recinto taurino pero hay otros factores que apoyan esta situación y que son impensables en el mismo momento. Por ejemplo, la agresividad del animal, que puede ser mayor o menor, la cantidad de gente en el recinto, la inexperiencia en algunos aspectos y, a veces, un poco de temeridad. Es cierto que existe un sentimiento especial por las muertes en los toros que no se refleja en los fallecimientos en cualquier otra actividad lúdica, y no debería ser así.

¿Se pueden considerar las cogidas meros accidentes?

Las cogidas no deberían criminalizarse tanto y sí considerarse como un accidente dentro de una actividad popular que, efectivamente, es peligrosa, y que requiere, no solo los factores de seguridad, sino una sapiencia de estar delante del toro.

¿Se prohibirán los «bous al carrer?

No, creo que no, es demasiado popular, por lo menos, en la región de valencia, y hay muchos factores, tanto sociales y económicos, que hacen que tengan un interés máximo. Económicamente tienen un peso muy importante tanto en ganaderos, transporte, mataderos, ambulancias, veterinarios, etc. y un sinfín de servicios, incluso nosotros los médicos, que es parte obligada por la legislación en los «bous al carrer», y que forman parte de la vertiente económica del mundo del toro.

¿Hay que distinguir entre el toro en la calle y los de plaza para abordarlos de distinta manera?

Unos no son más que otros, son distintos. Uno es una lidia, de un profesional, y la otra es una exhibición taurina popular y tradicional. Son dos cosas que tienen la misma base, el toro, pero la lidia es distinta. En la plaza hay menos gente, profesionalidad, orden, traje y útiles de torear y, sin embargo, en el «bou al carrer» hay masificación, menor experiencia, ambiente festivo, aunque, últimamente, he de decir que cada vez más, la gente que se aproxima al toro, no está dentro del ámbito festivo sino que es gente casi se aproxima a la profesionalidad.

¿Es partidario de que se destine dinero público a este tipo de espectáculos?

No tendría por qué no estar subvencionado, porque si está subvencionado la cultura, el cine, el deporte... el mundo taurino popular, en el arraigo que tiene y que la gente que arrastra y la aceptación que tiene, es algo a tener en cuenta, no solo prohibirlo porque sí. Creo que se debería subvencionar en la medida de lo posible, igual que otras actividades.

¿Y estima apropiado introducir la figura del veterinario?

El veterinario tiene como profesión el trato en los animales y, en este caso, el animal ya tiene un control en el traslado desde la finca hasta el lugar de destino y, después, en el matadero también hay otro control. Pienso que más controles serían inútiles, por no decir excesivo, y, efectivamente, el control dentro del recinto taurino también está presente. Al animal no se le ha maltratado nunca, al menos, desde que yo estoy en el mundo del toro. Por ello, el director taurino no debe ser un veterinario sino una autoridad competente en la materia, que creo que debería ser un policía, designado para ello.

A lo largo de su trayectoria profesional, ¿los «bous al carrer» siempre han sido tan polémicos?

No, ha sido en los últimos años, por eso considero que es una situación política, porque, en general, nunca ha sido tan polémico. Los «bous al carrer» ha sido algo que ha transcurrido por inercia, ha ido solo sin ninguna complicación. Ahora, este tema ha surgido, y por eso considero que, aunque no es mi obligación decirlo, creo que es un tema político.

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