Una pequeña pieza de puzzle es la imagen de Afanías, un colectivo que empezó como un pequeño rompecabezas que nadie sabía cómo encajaría y que, medio siglo después de su nacimiento, está casi completado. Mucho es lo que se ha avanzado, pero en el mundo de la discapacidad nunca es suficiente y siempre hay un campo abierto para mejorar. El pasado 3 de noviembre celebraron el principal acto para conmemorar sus 50 años de existencia, pues fue ese mismo día, en el lejano 1965, cuando un grupo de personas quiso abrir una ventana para proteger y mejorar el día a día de las personas con discapacidad intelectual.
Sus condiciones de vida son hoy mucho mejores gracias a Afanías y otros colectivos que, con esfuerzo, han sabido levantar la voz para dejar de ser invisibles ante la sociedad y, sobre todo, ante las administraciones públicas. Aunque no han sido ajenos a la crisis, Afanías ha sabido capear el temporal y seguir dando servicio a numerosas familias que necesitan consejo, apoyo y tratamiento.
«Las asociaciones como Afanías Castellón no producen o no sólo producen azulejos, mesas o servicios de hostelería, fabrican calidad de vida». Un sentido lema que acompaña a una organización que tiene unas instalaciones más que dignas en la Cuadra Portolés de Castelló. Empezó hace medio siglo con una veintena de personas atendidas; hoy son casi 160 repartidas entre sus diferentes servicios: atención temprana -el más nuevo y que se encarga de atender a niños de 0 a 6 años-, centro de día, centro ocupacional, vivienda tutelada y residencia. Con una plantilla que ronda los 80 trabajadores, los principales esfuerzos se concentran en la residencia, que necesita servicio las 24 horas del día, y el centro de atención temprana. Y el deseo de presente y futuro, seguir contando en las políticas sociales de las instituciones y concienciar a la sociedad para la mayor inclusión de las personas con discapacidad intelectual en el mercado laboral.
