El GP se cerró sin ningún incidente que lamentar en las gradas, ni en los alrededores del Circuit. Todo estuvo en orden. Desde la gestión del tráfico y la ausencia de accidentes serios hasta la deportividad máxima en todos los frentes. No hay nada que lamentar en un GP que había sido declarado de Alto Riesgo por la Comisión Antiviolencia después de la tensión creciente que se creó desde el GP de Malasia. Tenía razón el director el Circuit, Gonzalo Gobert, cuando aseguró que la decisión del Ministerio del Interior no era necesaria. La afición al motociclismo ha demostrado estos días en Valencia, y especialmente en Cheste, que no entiende de violencia.