El gobierno municipal ultima el acuerdo con Castelló en Moviment para sacar adelante el presupuesto de 2016. El rechazo de su socio preferente al proyecto de revisión fiscal en el último pleno hizo saltar las alarmas en el seno del bipartito. A partir de entonces se iniciaron unas negociaciones entre PSPV, Compromís y CS en Moviment para alumbrar unas cuentas consensuadas. El equipo de gobierno se encuentra en minoría y necesita los cuatro votos de la formación emergente. Las conversaciones parece que están a punto de dar sus frutos. El pacto se cerrará entre hoy y el jueves, según fuentes de CS en Moviment. Luego deberá pasar el último filtro de su asamblea, convocada el viernes, aunque esta vez se prevé un visto bueno de sus simpatizantes, ya que un voto contrario supondría una prórroga del presupuesto de 2015, aprobado por el PP.
CS en Moviment asume que el gasto municipal de 2016 estará limitado por la caída de los ingresos del Impuesto de Bienes Inmuebles -el suelo urbanizable sin edificar pasará a pagar como rústico- y el plan de ajuste. La agrupación que respalda Podemos y el ejecutivo quieren reforzar la inversión social y aplazan a los siguientes años del mandato otras medidas incluidas en el programa de gobierno pactado entre los tres partidos, tales como la aprobación de una fiscalidad progresiva o la remunicipalización de algunos servicios públicos privatizados (recaudación o grúa).
Las delegaciones de los partidos que conforman el gobierno y CS en Moviment han mantenido esta semana dos reuniones para llegar a un consenso. Los encuentros han sido numerosos desde que en el pleno de octubre CS en Moviment rechazó los principales cambios fiscales propuestos por el ejecutivo local. Este desencuentro evidenció una falta de comunicación entre el ejecutivo y su aliado en la sombra. Castelló en Moviment apoya al gobierno de coalición pero desde la oposición. Con el proyecto fiscal planteado por el bipartito apenas hubo negociación y los cuatro ediles de CS en Moviment votaron que no al considerar que eludía la características de progresividad que defiende. PSPV y Compromís se justificaron en que no tenía tiempo material para promover una iniciativa más ambiciosa y se comprometió a negociar nuevas medidas en 2016. Pero la suerte ya estaba echada y el bipartito se quedó en minoría en el último pleno.
A partir de ahí, el ejecutivo y CS en Moviment se conjuraron para mejorar sus relaciones y consensuar el presupuesto de 2016.
