Se hace difícil juzgar el rendimiento futbolístico del Club Deportivo Castellón. Hasta la fecha, ha sido el conflicto perenne el que ha marcado la agenda de la entidad albinegra. Desde el anuncio del precio de los abonos hasta la detención de aficionados denunciados por el presidente, la polémica ha trampeado el camino de los albinegros en el presente curso.

Reales o imaginarios, ha sido a menudo el propio club el que se ha encargado de alimentar los líos. Tras las quejas por los abultados precios elegidos para la fallida promoción de ascenso, el club se descolgó en verano con una importante subida en el precio de los abonos. La polémica desembocó en la protesta en Castalia, ya desde la primera jornada de Liga. Con el paso de los meses, lejos de diluirse y al calor de los malos resultados, los silbidos, los cánticos y los abucheos han crecido. En la última cita en casa, Tribuna pidió la dimisión de David Cruz, presidente albinegro.

Ya en el verano, y vinculada a la campaña de abonos, germinó una de las polémicas. La denuncia del consistorio por el uso sexista de la mujer en una de las imágenes promocionales. El conflicto con el ayuntamiento también ha ido a más, con cruce de acusaciones, comunicados y desmentidos sobre el convenio y las subvenciones. Por el camino, el club ha cambiado el horario de los partidos en casa. Ahora juega los domingos a las doce.

Una larga lista

Siguiendo el repaso, pocos quedan indemnes. Un capítulo merecen los árbitros. En un hecho sin precedentes, el club difundió un vídeo con una recapitulación de errores arbitrales. A la semana siguiente, el Castellón destituyó al entrenador, Ramón María Calderé, con quien ha acabado en los tribunales para resolver el finiquito. Poco antes, por motivos de indisciplina, había despedido a dos de los capitanes, Javi Selvas y Rubén Suárez. Ha habido más bajas, antes y después, caso de Borja Quirant, Carlos Tornero, Alberto Catalán o Juanjo Clausí.

La sensación de bronca continua se ha convertido casi en una seña de identidad del club, que la arrastra como condena. El presidente anda también a la greña con sus aficionados. De las críticas de ida y vuelta en el estadio y en los medios de comunicación se ha pasado a las denuncias por insultos y amenazas.

En este clima denso y complicado, el Castellón es 12.º en la tabla clasificatoria, a 13 puntos del líder, a 8 de la promoción de ascenso y 4 por encima del descenso. El equipo albinegro es el mejor del grupo a domicilio y el segundo peor en casa. Y le tocan dos seguidos en Castalia.