La escena fue absolutamente reveladora. De una parte, la consellera de Sanidad, la socialista Carmen Montón, atendiendo a los medios y criticando a los anteriores gestores del Hospital Provincial. A un par de metros de distancia, de espaldas, el presidente de la diputación, el popular Javier Moliner, en tensa espera. Una situación inédita, ya que lo habitual en los últimos años había sido que el conseller de Sanidad y el presidente de la diputación, máximos responsables del consorcio hospitalario, comparecieran a la vez para dar cuenta de los acuerdos del consejo de gobierno. Ayer no hubo declaración conjunta pese a que la ocasión lo merecía, ya que se aprobó la licitación del anhelado acelerador lineal, cofinanciado por ambas administraciones.

La consellera de Sanidad denunció el «legado envenenado» que se ha encontrado en el Hospital Provincial. Censuró que los anteriores gobiernos de la Generalitat y la diputación «hablaban de comprar el acelerador lineal pero no ponían fondos». «Hemos tenido que llegar este equipo nuevo de la conselleria para desbloquear esta situación del consorcio, que ha estado mirando hacia otro lugar. Damos la bienvenida a la diputación porque, aunque sea un poco forzado y a remolque de las decisiones que hemos tomado, se ha sumado a la compra de este acelerador», aseveró. Según la consellera, la puesta en marcha del equipo se demorará un año y supondrá una inversión de más de 3 millones de euros.

Montón citó otros problemas heredados, como el cierre del aula de estimulación sensorial de la fundación Borja Sánchez. Un cierre, subrayó, decretado el pasado 26 de junio, días antes de su entrada en la conselleria, por lo que derivó la responsabilidad al anterior gobierno del PP. La titular de Sanidad se entrevistó con representantes de la fundación y se emplazaron a una nueva reunión el miércoles para buscar una solución.

Montón manifestó su deseo de mantener una buena relación con la diputación en el consorcio hospitalario. «Espero colaboración y que se dejen de utilizar fórmulas del pasado, de la vieja política», aseveró.

Por su parte, el presidente de la diputación, Javier Moliner, instó a la consellera «a que no retrase más la compra del acelerador lineal para que pueda entrar en funcionamiento en 2016 tal como se comprometió en septiembre». También pidió que se desbloqueen las obras pendientes y que se aporte una solución «a los niños con daño cerebral que han visto desatendido el servicio que tan bien ha estado funcionando».