La convicencia intercultural se topa a menudo con escollos que deben afrontarse de forma colectiva. Por ello, los centros islámicos de Castelló han decidido poner en marcha una federación provincial que los represente ante las administraciones con el fin de facilitar la integración de la comunidad musulmana.

En la provincia hay un total de 25 mezquitas, de las que unas 15 serán socias fundadoras de la plataforma -entre ellas, el Grau de Castelló, Almassora, Benicàssim, Borriana y Orpesa-. El resto, que ya pertenecen a otras federaciones autonómicas o estatales, también han delegado su representatividad en la nueva organización provincial. Uno de los promotores de la iniciativa es el imán de la mezquita de Almassora, Salah Ouakili, quien señala que, aunque la federación se está gestando ahora, los centros islámicos castellonenses llevan nueve años reuniéndose periódicamente para tratar «temas de interés común de la sociedad castellonense y de la comunidad islámica».

Entre los asuntos en los que ha mediado el colectivo con la administración en los últimos años, destaca uno tan sensible como el uso del velo. Antes, si una mujer musulmana tenía que sacarse el permiso de residencia en Castelló estaba obligada a retirarse el velo para la foto del documento oficial. Ahora, y tras trabajar conjuntamente en una solución consensuada con Extranjería, se les permite conservar el velo siempre y cuando el rostro quede completamente despejado desde el nacimiento del cabello hasta el mentón. Además, las comisarías ya cuentan con un modelo de foto para que las interesadas sepan de antemano cómo deben retratarse, según explica Ouakili.

El imán de Almassora, uno de los más significados en la provincia, también intercedió con las autoridades para conseguir que los presos musulmanes pudieran recibir «asistencia religiosa» en las cárceles. Así, lleva año y medio visitando la prisión de Castelló para impartir a los internos que lo deseen charlas sobre religión e integración, además de ayudarles con temas administrativos. La prisión de Albocàsser también está tramitando el permiso con el ministerio para este servicio religioso, según detalla el responsable de la mezquita almassorí.

La comunidad musulmana también ha intentado compaginar las tradiciones con el cumplimiento de las normas locales. Desde hace cuatro años, la fiesta del cordero se puede celebrar en la provincia con todas las garantías sanitarias. La coordinación con las administraciones posibilita que los animales se puedan sacrificar en un matadero de Borriana y evita que los fieles a esta tradición recurran a prácticas clandestinas como la matanza en casa, en granjas o en el campo.