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Un «divorcio» musical por falta de espacio

La SM Ciutat de Benicarló ofrece este sábado en solitario el concierto que, desde hacía 40 años, daba conjuntamente con la Coral porque el auditorio se queda pequeño

Un «divorcio» musical por falta de espacio

«Benicarló necesitaría un auditorio para 5.000 personas». ¿Una cifra exagerada? Para Carlos Sánchez Redorat, presidente de la Societat Musical Ciutat de Benicarló no lo es, «para cuantas más personas mejor». El motivo de la demanda reside en que el escenario del auditorio Pedro Mercader de la localidad se queda a menudo pequeño, como ha sucedido este año en el que se han visto obligados a separar el concierto dedicado a Santa Cecilia que ofrecen de manera conjunta las dos entidades musicales más veteranas del municipio, la que representa Sánchez y la Coral Polifónica Benicarlanda.

Sánchez remarca que no ha existido polémica, que simplemente, y dada la inviabilidad de disponer de espacio físico para aglutinar en el mismo escenario de manera simultánea a 150 personas, entre músicos de la banda e integrantes de la Coral, ambas entidades acordaron ofrecer por separado el concierto.

Este espectáculo musical llevaba uniendo en el escenario a generaciones de músicos, ya que 40 años de programación conjunta dan para mucho. «Se ofrecía un concierto conjunto para enaltecer la fiesta dedicada a Santa Cecilia y dar una mayor relevancia al concierto», apuntaba.

Sánchez advierte que no se pretendía ocasionar ningún tipo de polémica a colación de esta decisión, ya que ha sido tomada por ambas entidades, que ya en años anteriores se habían encontrado con limitaciones de espacio en el escenario. «Las secciones de la Banda y de la Coral han aumentado y viene más público a vernos, y finalmente no se cabía, ni arriba ni abajo, porque el aforo para el público también se veía limitado, y nos debemos al público, si ofreces un concierto no es para que vayan 3 personas, si pueden ir 30, o 3.000, mejor».

«Nosotros ya somos un centenar, y los miembros de la Coral deben sumar 140 personas», cifras que superan lo previsto para un escenario como el del auditorio. El año pasado, «por todo el problema que en su día existió con el Madrid Arena y el aforo limitado, tuvimos que repartir entradas y, ¿cómo repartes las entradas, medio auditorio para la Coral y medio para la banda?», se pregunta Sánchez. Este fue otro de los argumentos que inclinó la balanza a favor de separar el concierto en dos eventos, «la fiesta que continuamos realizando de manera conjunta las dos entidades se mantiene, la 'mañanita', el desayuno conjunto, el desfile con las damas de ambas entidades y la misa y comida de hermandad».

«Nosotros participamos del concierto de la Coral y ellos del nuestro, la relación es estrecha». «Si de aquí a dos o tres años disponemos de un gran auditorio, se podrán retomar conciertos de gran envergadura», asegura. Algo que también favorecería la llegada de otro tipo de espectáculos de gran calibre que ahora, en las condiciones actuales, la localidad no puede acoger, «disponemos de espacios culturales pero de pequeña envergadura. Necesitamos infraestructura cultural voluminosa, para cuantas más personas mejor».

La otra lectura, la más positiva, es la envergadura que, en estos 40 años, han adquirido las dos entidades.

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