La aparición de una pintada en la fachada de un almacén en plena Senda Mitjana de Nules en la que se ofrece comprar «toda clase de naranja» con «pago rápido» alertó a los agricultores de la localidad la semana pasada que, al encontrarse en el inicio de la campaña citrícola, mostraron pronto su preocupación ante las autoridades, ya que este no es un método habitual de comercio, pero sobre todo porque les pareció «sospechoso» dado que en este momento los árboles están en plena producción y cargados de naranjas para empezar a recoger.

«Este tipo de anuncios es una invitación para robar y vender rápidamente sin dejar pistas», afirmó uno de los profesionales del sector citrícola consultados.

El propio concejal de Agricultura, César Estañol, confirmó el pasado lunes a Levante de Castelló el malestar manifestado por comercios y agricultores, por lo que aseguró que se había dado traslado del tema a la Policía Local para que investigara la naturaleza de este negocio, aunque pidió que no se diera publicidad a este hecho para evitar problemas en la investigación. Sin embargo, ayer mismo el ayuntamiento envió un comunicado informando sobre el inicio de las pesquisas, por las que se ha podido corroborar que algunas de las personas que están trabajando en el almacén tienen antecedentes por la comisión de distintas faltas o delitos.

Durante el fin de semana la aparición de esta pintada centró prácticamente todas las tertulias o conversaciones entre la gente del campo, dado que el pensamiento de la práctica totalidad de quienes veían el anuncio era el mismo: que era una actividad fraudulenta o que, en el caso de ser legal, incitara al robo y la venta fácil de la mercancía.

Justificación

Según la Policía Local -que ayer pudo acceder al interior de las instalaciones e identificó a un total de cuatro personas- parte de la fruta que encontraron en su interior «procedería de la 'espigolà'», según se afirmaba en el comunicado oficial, aunque este extremo fue negado por los profesionales del sector consultados por este diario, dado que es pronto. Esta práctica tradicional, que consiste en recoger los cítricos que quedan en los árboles una vez finalizada la recolección, porque los restos que quedan no se han vendido o no tienen el calibre requerido, se realiza a partir de los meses de enero y febrero, cuando la campaña de clemenules está en su recta final o prácticamente ha acabado.

En el comunicado municipal se añade que existía naranja «confeccionada» y que esta sería de «dudosa procedencia», aunque tal y como añadieron «se están investigando unos documentos aparecidos en la nave que pertenecerían a un tercero y cuyo destino sería la ciudad de Barcelona». Además se explica que «parece ser que la empresa que gestiona el negocio tiene pensado contratar entre 15 y 20 personas para comenzar la campaña de la espigolà, estando todo en trámite para legalizar la actividad y a los trabajadores».

Aunque una vez más, los agricultores consultados insistieron en que la espigolà no se realizará hasta final de campaña, de manera que la naranja que se trabaja ahora es «comprada o robada, pero no espigolada», lo que, desde su punto de vista, es motivo más que suficiente para que las autoridades estén alerta, porque además, para que se pueda realizar esta práctica, se debería de exigir un documento firmado por el propietario de la parcela autorizándola.

Por otra parte, también confirmaron que se están produciendo robos de cajones vacíos, lo que refuerza la preocupación de los profesionales. Precisamente por ello, confirmaron que hace días se presentó una denuncia ante la Guardia Civil. En la inspección realizada por la Policía Local en el interior del almacén, se comprobó que había «varios centenares de cajones de diferentes comercios con clementinas de diferentes calibres, varios centenares de palets con capacidad para unos 200 kilos de naranjas de destrío y varias cajas en cámara de clementinas confeccionadas aún sin color para la comercialización».

Además, se pudo identificar a cuatro personas residentes en Nules, dos hombres y dos mujeres. La que figura como gerente tiene antecedentes por estafa y uno de los socios y encargados del almacén «es conocido por esta Policía Local con antecedentes por robo, lesiones, hurto y riña tumultuaria», según se recoge en la nota de prensa del ayuntamiento.