A lo largo de la temporada hay partidos que se vuelven locos y que uno no sabe muy bien por qué. Encuentros en los que todo lo peor que podía pasar, pasa y que, al final, a base de insistencia se acaba rascando algo positivo. Y esas características son las que tuvo el choque de ayer entre el Villarreal CF y la SD Eibar, un partido que pudo ganar cualquiera, muy trabado, y que al submarino acabó saliendo algo caro ya que acabó con varios de sus futbolistas lesionados: Eric Bailly con un traumatismo craneoencefálico y Bonera con una lesión muscular.

Sorprendió el conjunto armero en el feudo villarrealense con un planteamiento agresivo y muy ofensivo, presionando desde el primer minuto y saliendo rápidamente siempre que tenía el balón. Los de Marcelino García Toral, mientras tanto, intentaban hacer su juego, buscando a la dupla Bakambu-Soldado en todo momento, con quien el submarino generó las primeras ocasiones. El delantero valenciano dejó dos balones casi perfectos a su compañero pero este no acertó a rematar.

Parecía que las fuerzas se iban igualando conforme avanzaban los minutos y el Eibar también disfrutaba de sus ocasiones, como un mano a mano de Borja Bastón con Areola que salvó el portero del Villarreal. Perdonó el delantero del cuadro armero en esa jugada pero no lo hizo minutos después su compañero Sergi Enrich al aprovechar precisamente un pase de puntera de Bastón y batir al portero francés del submarino.

El susto de Bailly

El tanto perdió parte de su importancia apenas un minuto después ya que un cabezazo entre Bailly y el goleador visitante dejó un poco más helada si cabe a la grada. Los dos jugadores quedaron tendidos en el terreno de juego, sin moverse, e incluso algunos de sus compañeros no querían ni mirar. Salieron las asistencias para atender a uno y otro, pero el que peor parte se llevó fue el futbolista local, quien tuvo que ser retirado en camilla y trasladado hasta un hospital de Castelló para ser sometido a pruebas médicas.

Areola 'para-penalties'

Salió Bonera para sustituir al central y lo prioritario ahora era conseguir que el equipo no se fuera del partido, dejándose llevar por el momento recién vivido. Sí intentó aprovecharse de la situación el Eibar, primero con un lanzamiento que volvería a salvar Areola, y después con un lanzamiento desde los once metros cometido por Jaume Costa que lanzó Dani García y que el meta del Villarreal detuvo con mucha sangre fría cuando se llegaba al descanso.

La charla de Marcelino en el vestuario espetó a los futbolistas amarillos, quienes salieron con otra actitud en la segunda parte. De hecho, Denis Suárez y Bruno fueron los primeros en probar suerte y el Eibar espera ahora su oportunidad a la contra.

El partido había entrado en un estado de locura difícil de sobrellevar, pero quedaba todavía más. Justo cuando Marcelino hacía el último cambio y daba entrada a Samu García al terreno de juego (antes Dos Santos había sustituido a Trigueros) Bonera levantaba la mano y pedía el cambio. El central se había incluso bajado ya las calzas y se tocaba el gemelo izquierdo, viéndose obligado a retirarse del terreno de juego y dejando a su equipo con un hombre menos cuando quedaba todavía mucho por delante y se estaba por detrás en el marcador. Y en eso llegó el punto de suerte que le faltaba al Villarreal en forma de expulsión de un jugador del Eibar, Keko, que igualaba algo más la situación. Y fue como un plus de confianza porque, justo a partir de ahí, el submarino se creció y se volcó al ataque. Denis Suárez, Soldado e incluso Jaume Costa, quien remendaría el penalti cometido y acabaría convirtiéndose en protagonista al anotar, en una jugada made in Denis Suárez, el tanto que le daría el empate.

Un punto que no dejaba satisfecho del todo al equipo villarrealense pero positivo a tenor de cómo se había desarrollado el partido.