Con menos ruido y repercusión que su predecesor, Kiko Ramírez ha superado los registros que logró Ramón María Calderé en sus primeros cinco partidos al frente del Club Deportivo Castellón. En las dos últimas temporadas, el equipo albinegro ha experimentado una reacción con el cambio de técnico. El curso pasado, Calderé sumó 11 de los primeros 15 puntos que disputó y enfiló la remontada hasta ser campeón. En el presente y de momento, Kiko lo ha mejorado con 12.

Cuatro victorias y una derrota jalonan la todavía breve trayectoria de Ramírez al frente del conjunto orellut. La principal diferencia con el curso pasado estriba en el ritmo de los equipos de cabeza. Kiko todavía otea el liderato a 13 puntos, imparable como está el Atlético Saguntino. La promoción de ascenso, que marca el Alzira, queda a cinco. El año pasado, en un campeonato más igualado, Calderé se acercó en esos cinco partidos a tan sólo dos puntos de la promoción y a cuatro del liderato.

Esa proximidad a la cabeza multiplicó la ola de ilusión en la afición albinegra. El conflicto del palco, de múltiples aristas, es otro de los obstáculos que ha esquivado Kiko Ramírez. A diferencia de Calderé, además, Kiko no ha tenido refuerzos. Calderé hizo y deshizo, de inmediato, en la plantilla. Dio bajas y pronto fichó, en sus primeras semanas, al lateral Pablo Suárez, al pivote Marc Castells y al delantero Rubén Negredo. Asimismo, hombres clave como Rubén Suárez, Juanra Cabrero y Javi Selvas, que habían llegado con la campaña iniciada, se fueron poniendo en forma sobre la marcha. Kiko, en cambio y de momento, no ha tenido fichajes, si acaso alguna baja. Su aportación en las primeras semanas reside en administrar y rentabilizar la plantilla heredada.

Tramo final

Virada la inercia, de resultados, el Castellón afronta ahora el tramo final de 2015. Le quedan tres partidos. El sábado a las 16.30 horas visita el feudo del Benigànim. Descansará la siguiente semana, recibirá el 13 de diciembre al Buñol en el estadio Castalia y cerrará el 2015, el año del no-ascenso, desplazándose hasta Paterna. El objetivo del grupo que dirige Kiko Ramírez es llegar al parón invernal rozando los puestos de promoción de ascenso y enfilar en 2016 el asalto a los objetivos deportivos de la temporada.