En mayo de este año, los guardas del paraje protegido del Millars encontraron unas huellas de mamíferos que llamaron su atención. Tomaron fotografías y las remitieron al Servicio de Vida Silvestre de la Generalitat para identificar al autor de las pisadas. La sorpresa fue notable cuando se determinó que eran de nutria, una especie que se daba por extinguida en la zona desde los años 6o del pasado siglo. Una posterior labor de rastreo ha corroborado el hallazgo y confirma el resurgimiento de este mamífero amenazado.
Los técnicos que participaron en la búsqueda, que se desarrolló desde el pantano del Sichar hasta Vila-real, no pudieron avistar ningún animal. Las características del cauce en este tramo, con grandes taludes y una vegetación muy espesa, sólo permitió rastrear unos pocos metros de ribera. La existencia de nutrias se constató al encontrar excrementos frescos en uno de los cuatro puntos de prospección. Los especialistas de la Conselleria de Medio Ambiente han concluido que se trata de un grupo reducido de animales, procedente de tramos superiores del río, donde sí que hay constancia de la existencia de un pequeña colonia.
Declive
En la Comunitat Valenciana, la nutria se ha considerado una especie gravemente amenazada. A partir de los años 60, se inició un rápido proceso de desaparición que condujo a su extinción en el 75 % de los cursos fluviales. La principal causa comúnmente aceptada para explicar este retroceso ha sido la contaminación de las aguas y la acumulación de sustancias tóxicas, como el pesticida DDT o los compuestos industriales PCBs, a través de la cadena alimentaria. De hecho, la nutria se considera uno de los mejores indicadores para medir la salud de un río.
Otros factores que han puesto en riesgo esta especie han sido la caza y la regulación hidráulica provocada por las presas, que alteran el funcionamiento natural del río.
Recuperación
De un tiempo a esta parte, la situación se ha revertido y la nutria da signos de recuperación. El control de los contaminantes y la construcción de depuradoras han permitido recuperar los peces en amplios tramos de río. También ha contribuido la proliferación de especies invasoras, como el cangrejo americano, que les sirve de alimento.
El hallazgo en el tramo final del río Millars confirma esta tendencia. La nutria ha pasado de ocupar apenas 11 espacios fluviales en 1985 a alcanzar una cifra récord de 54 en el sondeo realizado hace un año. Por ello, ha dejado de ser un animal en peligro de extinción y ha pasado al estatus de especie «vulnerable».
En Castelló, los trabajos de campo han demostrado la presencia del mamífero en un total de 18 cuadrículas en los ríos del cuadrante noroccidental (Bergantes, Cantavieja y Caldes). También se han encontrado rastros a los largo del río de les Coves y en los ríos Millars y Villahermosa. Así mismo, se han hallado excrementos de nutria en el río Sénia y ha reaparecido en el Palancia.
La nutria desplaza al visón
La expansión de la nutria en los ríos valencianos coincide con el declive del visón americano, que constituye una especie invasora. Su presencia tiene origen en fugas de granjas peleteras de Teruel y Castelló. Los primeros registros en libertad de esta animal se remontan a finales de los años 80, expandiéndose en los 90 por las cuencas del Millars y del Palancia.
Pese a que todos los indicadores constatan la recuperación de la nutria, los expertos lanzan un mensaje de cautela y recomiendan seguir atentamente su evolución.
