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Razones para ganarle la batalla a la guerra

Dos investigadores y activistas por la paz y el desarme presentarán mañana un diccionario para estudiar los conflictos

Jordi y Alejandro presentan mañana su diccionario en la Vall. m. mira

Estamos acostumbrados y prácticamente hemos interiorizado la normalidad del lenguaje de la guerra. Somos capaces de aceptar que los conflictos armados son prácticamente indispensables para solucionar algunos problemas, como es el caso de la respuesta internacional a los atentados en París, pero nos cuesta más reconocer que estos ataques terroristas tienen un trasfondo y un origen, que aunque no justifican nada, sí que explican muchas cosas y, en cualquier caso demuestran que toda acción tiene una reacción. Ese es el objetivo del «Diccionario de la guerra, la paz y el desarme», un manual coordinado por dos investigadores y activistas por la paz y el desarme, Alejandro Pozo Marín y Jordi Calvo Rufanges, que se presentará mañana en la Vall d'Uixó, en un acto organizado por la ONG Sud y el Centre Delàs d'Estudis per la Pau, con el objetivo de acercar a la gente que estudia la resolución de conflictos desde el ámbito universitario, pero también al público en general «palabras y conceptos que habitualmente son del ámbito militar, pero incorporando un filtro de cultura de la paz, hablando por ejemplo de las armas pero desde el punto de vista de sus consecuencias», según explicó Jordi Calvo.

En este diccionario, entre otras cosas, se intenta romper con la imagen que se suele dar de las guerras o de la producción militar «desde la espectacularidad, la tecnología o el diseño, aspectos de las guerras o de las armas que no comportan una valoración moral, de manera que se empiecen a tratar estas cuestiones como opciones que solo tiene una finalidad destructiva, ahí está la diferencia, dar una visión pacifista de estos conceptos como primer paso para comprender que hay una alternativa no violenta para la resolución de los conflictos», señala Calvo.

Pozo asegura que «el lenguaje puede determinar la concepción que tenemos de lo que sucede, se pueden reforzar estereotipos, tensiones o conflictos», como sería el caso del uso del término terrorista «para hablar de los mismos grupos que hasta hace un tiempo llamábamos luchadores por la libertad», o cuando se utiliza la palabra yihadista para identificar a los terroristas «lo que al Estado Islámico o a Al Qaeda les gusta, pero no a muchos musulmanes, que entienden que estos grupos armados tienen muy poco que ver con el Islam».

Jordi Calvo y Alejandro Pozo han sido cooperantes internacionales y conocen muchos de los conflictos actuales desde dentro, comprenden la respuesta generada por los atentados de París entre la sociedad civil europea, «pero es injusto que nos afecten más unas muertes que otras, y tenemos que hacer algo para cambiarlo», según Calvo. De hecho, como advierte Pozo «las principales víctimas de este terrorismo no son los europeos, sino los musulmanes que viven en las zonas afectadas», por lo que entiende que la visión de la sociedad civil occidental sobre estos conflictos es consecuencia de «un problema grave de educación, que nos lleva a vivir en la sociedad del miedo, donde lo inaceptable, que sería la guerra, nos parece el mal menor».

La resolución de los conflictos desde un punto de vista no militar es posible «pero no es inmediata». Ambos coinciden en afirmar «estamos acostumbrados a la respuesta rápida, queremos que los problemas dejen de serlo mañana, pero no se puede arreglar en una semana lo que ha llevado 15 años destruir». Además, «las respuestas militares lo único que generan son nuevas fuentes de conflicto, las bombas de hoy son el terrorismo del mañana».

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